... según la historia que se cuenta desde antes de que el niño se hiciera hombre y el hombre, anciano.
El Sol y la Luna eran dos enamorados, dicho amor no tenia condición alguna pues era en esencia puro y benigno.
¿Como ocurrió todo? ¿Como se hizo fuerte dicho amor?
Son enigmas que nadie sabe con certeza la respuesta. Unos dicen que fue amor a primera vista; otros que fue producto de conocerse de niños y que cuando se hicieron adolescentes, se enamoraron. Los últimos decían que no se conocían mas que por leyendas y por mensajes que les llevaba el viento.
Fue así como Afrodita, la diosa de la belleza y el amor, sintió celos de una pareja de mortales sentían tan enorme su amor. Entonces decidió demostrar que el amor de dichos humanos no era tan grande, para lo cual bajó del Olimpo y se presentó frente al mancebo, con toda su belleza, haciendo gala de su máximo poder de seducción, poder tal que ninguna mujer puede manejar también como ella.
Fue así como Afrodita, la diosa de la belleza y el amor, sintió celos de una pareja de mortales sentían tan enorme su amor. Entonces decidió demostrar que el amor de dichos humanos no era tan grande, para lo cual bajó del Olimpo y se presentó frente al mancebo, con toda su belleza, haciendo gala de su máximo poder de seducción, poder tal que ninguna mujer puede manejar también como ella.
Pero ante la sorpresa de Afrodita, el mozo, puesto en pie, le dijo: mi señora, sé que sin duda usted ha de ser la mujer mas bella que existe y su dulzura mayor que la de cualquier ser mundanal, pero mi corazón solo es de Luna, mi amada mujer, pues para mi ella es mas deseable que el oro refinado y más dulce que la miel que destila del panal.
Entonces Afrodita indignada al no poder tentar al hombre y darse cuenta que su amor superaba incluso a los dioses, ordenó separarles para siempre. Así mando al hombre a que solo saliera en día y a la mujer, de noche. De esta manera nunca se encontrarían y ese amor se agotaría.
Sin embargo, dicho amor nunca se terminó. Llego entonces la bendición de Zeus, el cual no pudiendo deshacer la orden de Afrodita, les dio una posibilidad y le dijo al hombre que cuando quisiere ver a su amada debía esforzarse al máximo, entonces podría ver en el borde el rostro de su amada.
Desde entonces, en los días cuando la temperatura es alta, el Sol brilla con toda su intensidad, entonces se puede ver la silueta de la Luna en horizonte.
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