Cuadernos de Japón: Geishas y Lolitas

Tercer episodio y ecuador de la serie de documentales que estrenamos este año.

Las geishas forjaron la fortuna de Kyoto, la antigua capital de Japón. Su nombre significa "persona de arte" y las aspirantes a geisha deben aprender el arte del arreglo floral, poesía, caligrafía, baile, música y canto. Cuando terminan sus estudios escogen a una "hermana mayor" entre las chicas de su escuela. Después entran a una casa de té, cuya propietaria se convierte en su "madre". En Kyoto, Kowoma y Koseim todavía son sólo "maikos" (aprendices), pero ya participan en fiestas y se les paga en "moneda flor": una flor por cada 10 minutos de su tiempo. En Tokyo, el fotógrafo y especialista en geishas Yoko Yamamoto nos enseña el lado oculto de Kagurazaka, un laberinto de pequeños callejones rodeado de rascacielos. Aquí las geishas se encuentran con sus clientes en restaurantes de fachadas anónimas que sólo aceptan clientes con recomendación personal. Lo último en la megalópolis futurista de Tokyo son las Lolitas. Estas adolescentes aparecieron en los 90 a partir del interés voyeurístico que despiertan las niñas de colegio. Las Lolitas son exuberantes y provocativas. Molestan en clase y quedan en el centro comercial. Reniegan del poder y la moda y juguetean entre la caricatura y la parodia. Son expertas en mangas, esos comics en los que las heroínas son como ellas: aniñadas pero sexys.

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