Rurouni Kenshin: Meiji Kenkaku Romantan [MEGA-ANÁLISIS] - (I)

AÑO 4



Esta semana más de uno se cargará el palo de la escoba con…


> Rurouni Kenshin: Meiji Kenkaku Romantan (Studio Gallop [caps 1-66], Studio DEEN [caps 67-95], 1996-1998, 95 CAPS)




Efectivamente, de la misma forma en la que casi me cargo el perro de casa con un “Do Ryu Sen” por querer meter el hocico en la fuente de la carne mientras hacía churrasco. Afortunadamente, el perro es muy listo y se alejó de allí sin recibir golpe. La escoba también está contenta, sigue entera.

Yo también estoy contento ya que, para terminar el año, publico un mega-análisis. Y es que ha pasado mucho tiempo desde el último. En esta ocasión, traigo un clásico que fue un éxito en su época, sobre todo en España gracias al canal de pago conocido por aquel entonces como “Canal+”, utilizando una frecuencia de TV analógica para que la difusión fuese lo más extensa posible, es decir, que no utilizaban parabólicas para TV por satélite. A pesar de que mucho contenido que ofrecía este canal era de pago y, por lo tanto, su señal estaba codificada, sí aportaban programas en abierto de interés general (y bastante éxito) como Las noticias del guiñol, El día después, algún magazine y alguna serie.

Me parece que, en la lejanía, oigo al presidente (excelentísimo) rechinar los dientes porque del anime no se está hablando, solo le pido que deje el látigo donde está, que la introducción es larga. Bien, continuo. Uno de los espacios en abierto que tenía este canal eran los sábados por la mañana, cuando emitían dibujos para niños. Pues, aunque parezca mentira, parece que algunos de sus minutos no eran para tan pequeños, sino ya para adolescentes. De ese descubrimiento se encargó una buena compañera de instituto en desvelármelo: Begoña. A pesar de la lejanía y de que hace muchos años que no la veo, quiero dedicarle este análisis. Muchos fueron los lunes que me hablaba sobre este anime y mucho más después fueron los que compartíamos las sensaciones de los episodios del sábado (creo que eran dos capítulos, pero no estoy seguro). De aquella, las sensaciones positivas y ese regusto a samurái era lo que más me fascinaba del conjunto de la serie. Después de tanto tiempo, llegó el momento de ver nuevamente el anime y dictar sentencia. Eso sí, lo único que había visto fue la serie de TV. Las OVAs no las llegué a tocar.

Lo que sí me toca ahora es hablar de la historia de la serie, aunque bien podría decir historias, porque tanto capítulo da para mucho. Empezaré por la sinopsis: a principios de la era Meiji, justo después de finalizar la Tokugawa, seguían los coletazos de ésta última en una época de cambios, algunos de ellos radicales. En este ambiente tenso, algunos delincuentes que en su momento fueron samuráis, siembran el terror por diversas zonas de Japón. Una de estas zonas se sitúa en una parte de Tokyo, en donde la heredera de un dojo de artes marciales sale en la búsqueda de un asesino que mata aludiendo a las técnicas que se enseñan allí. Tras una pequeña lucha, un vagabundo interviene para salvarle la vida, siendo éste el comienzo de innumerables aventuras.



-Éste alelao es el protagonista, Kenshin-

Cierto es que, a pesar de que la sinopsis es algo extensa, no he querido concretar mucho. Esto tiene una sencilla explicación: la serie se divide en tres bloques de historias bien diferenciados y los cuales voy a resumir como si de tres temporadas se tratasen, incluyendo la descripción de los personajes, aunque también es verdad que la emisión de Rurouni Kenshin no se dividió en temporadas, sino que fue una única tanda.

Empezaré por el primer bloque que va desde el primer episodio hasta el 27. En esta parte se presentarán los personajes que nos acompañarán en lo que resta de anime:

> Kenshin Himura. Éste es el vagabundo que os comenté antes y que salva a la heredera del dojo. Aunque al principio no se menciona, sí se descubre terminando el primer episodio: Kenshin fue un legendario samurái que se encargó de asesinar a numerosos cómplices e influyentes del régimen Tokugawa, para dar paso así a la nueva era, la Meiji. Tras sus crímenes, decidió huir de ese mundo lleno de sangre y muerte y vagar por todo Japón, redimiendo sus pecados protegiendo a los débiles con su sakabatou o espada de filo invertido.

> Kaoru Kamiya. Es la heredera del dojo familiar en dónde se enseña el Makiya Kasshin Ryu, un arte marcial de defensa el cuál tiene prohíbo la muerte del contrincante y la obligación de proteger a las víctimas. Se encuentra con Kenshin por casualidad y éste decide quedarse tras ayudarla con los primeros maleantes. Tiene cierta personalidad tsundere, pero muy poca. Tendrá continuas riñas con su aprendiz.

> Yahiko Myoujin. Es el aprendiz de Kaoru, un preadolescente sacado de la yakuza en dónde lo tenían como esclavo y lo utilizaban como ladrón. De carácter rebelde (lo típico en esa edad) tratará de mejorar para convertirse en alguien tan fuerte como Kenshin.

> Sanosuke Sagara. Este matón a sueldo busca pelea no solo para conseguir beneficio económico, sino que anhela enfrentarse a alguien con su mismo nivel en la lucha. Es arrogante, le gusta el juego y también deber dinero a todo el mundo (bueno, por lo menos, no le preocupa). Terminará por establecer amistad con los anteriores personajes gracias a la forma de pensar de Kenshin, aunque también porque perdió un combate contra él.

Existen otros personajes que guardan relación con estos cuatro protagonistas, como son Gensai Ogumi, el doctor del dojo (también tiene consulta propia); las nietas de este doctor, que son dos niñas de pocos años que cogen mucha confianza con Kenshin de primeras o Megumi Takami, una joven cuya familia es bien conocida por sus logros médicos y que terminará ayudando al doctor en su consulta. Además, hay otros dos personajes de aparición fugaz como son Katsuhiro, un amigo de Sanosuke, y Yutaro Tsukayama, un niño rico que se ve envuelto en una revolución violenta entre samuráis y el ejército nipón.



-Ésta alelada es la protagonista, Kaoru-

Por el lado de los “malos” tenemos un montón de indeseables y de samuráis que dejaron su antigua vida para delinquir sin remordimientos. Como más destacables tenemos a:

> Gohei Hiruma. Es un expulsado del dojo de Kaoru (aunque realmente lo echó el padre de ella). Se hace pasar por el asesino que fue Kenshin (Hitokiri Battousai), matando y utilizando el nombre del dojo en venganza, para así darle mala fama y condenarlo al cierre. Es extraño que, una vez detenido y aclarado este tema, no vuelvan los estudiantes a este dojo.

> Jinei Udoh. Es un samurái que se dedica a matar políticos con una técnica de parálisis por la mirada.

> Kanryu Takeda. Empresario que negocia con el opio. No tiene escrúpulos de ningún tipo. Se protege con un clan de ninjas bastante poderoso.

> Oniwabanshu. Este clan de ninjas protege a Takeda por una numerosa cantidad de dinero. Quiero detenerme un poco aquí porque este clan tendrá su papel en las otras partes del anime. Su líder es Aoshi Shinomori, un maestro de la lucha con kodachi, el resto de integrantes son: Beshimi, un pequeño (de estatura) ninja que lanza dardos venenosos; Hannya, un espía enmascarado; Hyottoko, una gran bola de carne que escupe fuego por la boca; y Shikijou (a los andaluces les gusta este nombre), una mole de músculos con gran fuerza y resistencia físicas.

> Escuadrón Jinpuu. Es un grupo de samuráis cuyo objetivo no es otro que el de matar a políticos corruptos en la ciudad de Tokyo.

> Raijuta Isurumi. Samurái con un numeroso grupo de delincuentes a su mando que quiere formar un reino independiente de Japón.

> Shura y los Kairyu. No son una banda de músicos, sino una isla de piratas que se dedican a robar a empresarios cuya fortuna se consiguió por métodos poco ortodoxos.

Tras este extenso elenco de personajes, quienes no han visto la serie se preguntarán si todos tienen relación entre sí. La verdad es que no. Algunos sí estarán conectados por el guion, pero prácticamente son aventuras independientes. Esto es algo que gusta, que haya variedad en las situaciones, en los personajes y en las historias. Me recuerda un poco a la serie “Águila Roja”, pero en sus formas, no en sus personajes. De todas formas, es posible que podamos echar de menos algo más en esta primera parte de la temporada, porque no habrá un hilo común que una todos estos capítulos, no habrá una historia general que rellene por completo esta carencia. De todas formas, como serie de aventuras no está nada mal.

Además de esta parte llena de aventuras, tenemos un trasfondo histórico acerca del cambio en una nación como es la de Japón, pasando de algo parecido a una monarquía europea medieval a los primeros gobiernos “constitucionales” (también europeos), aquellos cuyos dirigentes eran nombrados casi a dedo, causando algo que, más pronto que tarde, surgía de la misma forma cuando aparecen las mayorías absolutas a día de hoy: la corrupción política, sumado a algo tan inestable como es un régimen político en sus inicios, concretamente a la nueva era Meiji. También aparecerán personajes con opiniones enfrentadas acerca del nuevo y del antiguo regímen, aunque sin profundizar en demasía, solo para mostrar las discrepancias que, muy probablemente, existieron por aquel entonces.



- Hola Lobezno, soy Gámbito...
- ¡Corten! Que alguien le explique que esto no es X-Men.

En cambio, lo que sí está pidiendo a gritos más calidad es el dibujo y, con urgencia, la animación. Vale que sea una serie de 1996, vale que el estudio que se encargó de este trabajo era pequeño y no tenía renombre (tampoco es que lo tenga ahora), vale que en algún momento de la producción un huracán pudiese haber entrado por la ventana y se hubiera cagado encima de la mesa, incluso me vale que el dibujante de turno le entrase el calentón y decidiera aliviarse “recargando” la tinta de la impresora. Valen muchísimas excusas, pero me cago en d**s, ¡no me hagáis semejante mi**da! Es que la serie de David el Gnomo parece hecha por Ghibli al lado de ésta. Ya me estoy imaginando a la gente en casa leyendo esto y flipando. “Al Dani se le fue la olla y está hablando del dibujo antes de lo habitual”, pero esto sí que tiene explicación y es que no quiero aburrir con un tostón gracias al análisis de las diferentes partes del anime, por eso estoy rajando de una animación pésima en las luchas. Ya les vale a los japoneses, muy bien los rebotes en las tetas de Kaoru cuando se cae de culo, pero a dos tíos luchando con katanas no, que es muy complicado. Que no digan que el salido de la impresora no tiene buena mano. Sin embargo, quitando esta lápida, el dibujo es normalito tirando a básico, seguramente por un séquito de koreanos tullidos cuyo anhelo era hacer una pelota que no se pareciese a un cruasán. No voy a meterme con los diferentes tamaños de una misma katana, o de la cicatriz en la cara de Kenshin, que parece que está viva, pero que le hagan un lifting a Sanosuke en el episodio 13 no tiene perdón alguno. ¡Si parece otro personaje!

Si tengo que sacar algo bueno de esto es, sin duda, el coloreado de escenas y personajes, siendo variado, sin saturar ni aburrir y, aunque parezca mentira, tras todo lo que acabo de contar, mantiene el interés y gusto por seguir viendo la serie. Desde luego éste es el punto más positivo (yo diría el único) del conjunto del dibujo y animación.

Ya dejando atrás los colorines, paso al que es para mí (y también creo que para muchos otros) el bloque más importante de toda la extensa serie de 95 episodios que compone Kenshin, el que comprende de los capítulos 28 al 62. Los protagonistas serán los mismos que en el anterior bloque, aunque en esta ocasión tenemos nuevos “malutos” que harán de las suyas durante 34 episodios. Empiezo por el conjunto que ayudará a nuestro protagonista:

> Hiko Seijuro XIII. Es el maestro de Kenshin (sí, el pelirrojo tuvo alguien que le enseñó el arte de la espada). Este atractivo “alfarero” se retiró del dominio público como maestro samurái para evitar complicaciones en la nueva era. Ayudará a Kenshin con las últimas técnicas que le faltan por dominar.

> Saito Hajime. Excapitán de la 3ª División del Shinsengumi (la policía del shogunato). En el Bakumatsu tuvo un enfrentamiento con Kenshin. Ahora, como policía, deberá ayudarlo olvidando las luchas antiguas.

> Misao Makimachi. Es una joven de 16 años que se encuentra con Kenshin cuando éste va de camino a Kyoto. Integrante de los Oniwabanshu, gracias a ella conoceremos algo más acerca de esta extensa organización de ninjas. Tiene un carácter envalentonado, aunque su falta de experiencia le jugará alguna mala pasada.

> Nenji Mashiwazaki, alias Okina. Es el líder de los Oniwabanshuu y, aunque viejo, guarda una buena forma física y también cualidades de lucha. Es casi clavado en ciertos comportamientos a Mutenroshi, aunque se diferencia con él en que no toca una teta en toda la serie.



-He aquí a Kaoru en su otro estado habitual-

En cambio, por el lado de los malos, tenemos un listado mucho más extenso:

Makoto Shishio. Es el líder de la conspiración contra el gobierno Meiji. Este samurái juró vengarse tras ser traicionado por el nuevo gobierno al intentar matarlo sin éxito. Bajo su mando existe un clan de luchadores que también están en contra del nuevo régimen, aunque alguno se haya alistado por otros motivos más personales. Siguiendo con la descripción de Shishio, esta vengativa "momia" samurái (porque su cuerpo está envuelto en vendas) lucha con una katana cuyos ataques causan fuego y no, no es un pokèmon. El comportamiento y carisma de este personaje hace que sea uno de mis villanos favoritos.

> Yumi Komagata. Esta joven es la pareja de Shishio. No tiene cualidades especiales para luchar y, lamentablemente, se pasará la serie enseñando escote (que no tetas) y pegada a su amorcito. Eso si no tenemos en cuenta los combates finales, en dónde hará de guía por las instalaciones para llevar a los protagonistas a diferentes batallas.

> Hoji Sadojima. Es el brazo económico y político de Shishio. Consiguió reunir a un grupo de luchadores de élite contrario a las ideas del gobierno Meiji. Dicho grupo se hace llamar Juppongatana y está formado por 8 integrantes:

> Senkaku. Es un luchador de enorme tamaño (me recuerda a The Rock) cuyas armas son unas cuchillas de mano similares a las hojas de las hachas.

> Anji Yukyuzan. Es un monje budista que dejó su labor religiosa para vengarse del gobierno Meiji tras una matanza en su antiguo templo. Su técnica de lucha, Futae no Kiwami, es capaz de pulverizar las rocas más duras.

> Cho, el cazador de espadas. Dicen en la serie que es el más débil de los Juppongatana, aunque visto algunos de sus integrantes, deberán revisar este detalle. Cho tiene una afición y es coleccionar espadas famosas para luego asesinar con ellas. Físicamente recordará a Vash, la estampida de la serie Trigun.

> Henya, el hombre volador. Este “imitador” de Batman es un ninja que vuela gracias a las ondas expansivas causadas por los cartuchos de dinamita que lanza. Físicamente me recuerda a un antiguo integrante de los Oniwabanshuu, aunque no será el único.

> Iwanbo. Esta bola de grasa gigante e idiota no tiene razón de estar en el Juppongatana. Es estúpido y carece de la mínima inteligencia para no cagarse encima tras lanzar dos ataques seguidos. Me recuerda, ligeramente, a otro exintegrante de los Oniwabanshuu (¿qué co**nes pasa aquí? ¿Es que acabaron las ideas de personajes nuevos que hay que reciclar?).

> Saizuchi. Este anciano con bigote de carpa es un excelente charlatán, tanto que termina convenciendo gracias a su don de palabra. Tiene “engañado” a…

> Fuji. Este gigante (es más alto que los edificios de la antigua Tokyo, con eso digo todo) es el arma de Saizuchi. Aunque quizás un poco lento en sus ataques, la fuerza de los mismos es devastadora.

> Kamatari Houjo. Es el travesti del grupo. Experto en la lucha con su hoz, este andrógino nos hará dudar al principio dada su gran belleza femenina.

> Usui. Este ciego utiliza los “ojos del corazón”, una técnica basada en un oído supersensible. Se alió con Shishio para poder matarlo, ya que fue él quien le dejó ciego en el último combate que tuvieron. Es un asesino sanguinario, sin ningún tipo de remordimiento o escrúpulos. Lo que más me fascina de este personaje es la voz que tiene en el doblaje original, sencillamente perfecta. Le va como anillo al dedo.

> Sojiro Seta. Éste no es un miembro del Juppongatana, sino que es el aprendiz de Shishio. Su velocidad en carrera y esgrima, además de su carencia de empatía hacia sus víctimas y no mostrar emociones en su rostro, lo convierten en un enemigo temible.

Como ya indiqué más arriba, la historia de este bloque supera con creces la del anterior. No solo porque existe una historia principal que se desarrolla cada vez que se solventa una secundaria, sino porque vamos conociendo a los nuevos personajes, lo que comúnmente se le conoce como “empatizar” y eso, señoras y señores, es el camino a una historia de éxito, sobre todo si los personajes están tan bien tratados como aquí.



-Kenshin sabe que, en ocasiones, la "no violencia" es ineficaz-

La historia general de este bloque es sencilla. Makoto Shishio fue el sucesor de Himura Battousai cuando se convirtió en el vagabundo Kenshin. Tras la victoria de los aliados sobre el antiguo régimen político, estos decidieron deshacerse de Shishio de la forma más segura posible: emboscarlo, fusilarlo y quemarlo vivo. Sorprendentemente sobrevivió y busca venganza queriendo cambiar el gobierno con su equipo de luchadores, el Juppongatana, matando a todo el que se interponga en su camino.

Lo maravilloso de esta parte de la serie es que unos personajes se interrelacionarán con otros y la historia evolucionará, tendremos la sensación de que está viva y de que no es un meno esquema o guion con un paso a paso, percibiendo una calidad que no encontraremos en animes recientes como es el caso de Kabaneri of the Iron Fortress.

Pero no podemos olvidar mejoras como el encuadre del dibujo o las escenas de lucha que, a pesar de ser algo malas, sí mejoran lo que se vio hasta el momento. A esto tenemos que sumar una ambientación musical excelente, capaz de pegarnos a la pantalla como el imán abrebotellas que tenemos “abrazando” la nevera.

Y de la ambientación musical voy a hablar ahora. En términos generales es muy suficiente sin alardes de ningún tipo, como el papel higiénico de doble capa, color blanco y sin dibujitos que te acaricien el ojete. Vamos, lo que se dice ahorrar costes hasta en el aire que respiran. Las canciones no destacarán en el primer bloque, pero sí que ganarán peso en el segundo, sobre todo gracias a tres temas que conjugan bien con las escenas de tensión y lucha. Del tercero, mejor no hablar. No es que sea malo, pero se baja de nivel hasta llegar a llegar a recordar el primer bloque. De la ambientación sonora, más de lo mismo. No está mal hecha, pero no es para alardear. Si tuviera que resumirlo en una sola palabra sería la de “normalita”.

Cambiamos ligeramente de tercio, pero no de sección, para caer en los opening y ending. Aquí, al contrario de lo que llevo de análisis, seré más breve (o por lo menos lo intentaré, pero no prometo nada). Tenemos tres aperturas únicamente para estos 95 capítulos: el primero llamado “Sobakasu” (episodios 1-38), “1/2” (episodios 39-82) y “Kimi Ni Fureru Dake De” (episodios 83-95). Los tres se podrían resumir en sencillos puntos: imágenes fijas, reciclaje de escenas y música barata. El sello de ahorro de costes está presente en los tres, aunque se nota más en el segundo, ya que se recicló para los nuevos enfrentamientos, pasadas las luchas contra Makoto y los suyos.



-Cuando no encuentras tu lanza y coges la fregona-

Respecto a los ending, no creáis que la cosa cambia ni mucho menos, siguen con las mismas características “low cost”, además de un detalle en alguno como es el uso de imágenes reales para ahorrar trabajo a más no poder. Si se llegan a pasar con lo de recortar gastos, hasta nos quitan a Kenshin de la pantalla. Para quien quiera verlos, os lo resumo: “Tactics” (episodios 1-12), “Namida wa Shitte iru” (episodios 13-27), “Heart os Sword” (episodios 28-38 y se repite en 43-49), “Fourth Avenue Café” (episodios 39-42), “It’s gonna Rain” (episodios 50-66), “1/3 no Junjou na Kanjou” (episodios 67-82) y, por último, “Dame” (episodios 83-95).

Llegados a este punto, solo nos queda el último y definitivo bloque de Kenshin. Alguno pensará esto se parece al camino de Santiago, pero se equivoca, no voy a hacer el trayecto más liviano, ¿verdad, presidente? Aunque voy a tragarme mis palabras resumiendo este bloque a lo máximo: es muy similar a la primera parte. Tendremos historias sueltas y alguna chorrada variada para dar remate a una serie que parecía remontar, pero que acaba por los suelos desde donde empezó. No ocurre nada trascendental o de vital importancia, todo va según dicta el guion (y nunca mejor dicho). En estos últimos capítulos, la sensación de que todo sale a pedir de boca es abrumadora. Pase lo que pase, siempre sale todo bien, nunca hay contratiempos que no tienen solución. Que si Kenshin está a tomar por c**o (muy lejos) y hay que avisarle de algo, aparece Sanosuke al principio de la escena con un caballo como quien no quiere la cosa. Pero esto solo es una muestra de lo que veremos. Al igual que estas vergüenzas, tendremos nuevos personajes. En los episodios 63-78:

> Amakusa Shougo. Éste es un samurái retornado y, además, cristiano. Ejecutará su venganza por todos los años de represión que sufrieron los cristianos de Japón en el shogunato.

> Magdalia. Es la hermana de este samurái. También retornada de Europa, su actitud bondadosa y sacrificada será su sello de identidad.

> Shouzo. Es el guardaespaldas de Magdalia. A pesar de su fuerza y, en ocasiones, mal carácter, guarda una promesa de importancia y que cumple con uno de los mandamientos del cristianismo: no matarás.

> Kaiou. Este calvo malvado (¿por qué los calvos son siempre malvados o actúan en películas con un sofá negro?) utilizará a Amakusa Shougo para ejecutar sus planes, que no son otros que controlar la comunidad cristiana en pro de su beneficio.

En los episodios 79-82:

> Daigaro. Este es un joven estudiante y, parece que también, una gran promesa en la sociedad futura japonesa. Lamentablemente, sus ideales fantasiosos como que el hombre puede viajar a la Luna (basado en las novelas de Julio Verne) hacen que lo tomen por un soñador.

> Okubo Tetsuma. Es el hermano del “soñador”. Llegado desde Europa, es un experto en política y en la esgrima. En un primer momento, parece que le da mil vueltas al “infantil” de Daigoro.

> Katsu Kaishu. Es el sensei de los dos hermanos. Este anciano tuvo un papel muy importante en el transcurso del bakumatsu, pero no a base de matar, sino de una forma más política. Aquellos acontecimientos tendrán las consecuencias que se relaten en estos capítulos.

> Beni-aoi (que no Benny Hill). Es una organización liderada por un samurái leal al antiguo régimen del shogun. Solo busca recuperar el tesoro de aquel líder para comenzar una nueva era feudal.



-Cuando se te acaba la sangre de atrezzo y solo te queda vino del catering...-

En los episodios 83-89:

> Hans. Doctor a cargo de la tutoría de Yutaro. Sí, ese piltrafa que casi la caga en el primer bloque dándole poder y dinero a Raijuta Isugumi. Por supuesto, el piltrafa vendrá con él desde Alemania.

> Meldars. Miembro del grupo “Caballeros negros” que busca en Japón una flor que cura todas las enfermedades humanas (la flor no se llama homeopatía, por si preguntáis). También es general del ejército alemán.

>
Schneider. Membro de los Caballeros Negros. Gracias a su pensamiento independiente, le dará algún dolor de cabeza a Meldars.

> Lentz. Otro de los miembros de los Caballeros Negros. Su aspecto físico es el paradigma que tienen los japoneses acerca de los extranjeros, sobre todo por ese “culo” en la barbilla.

> Misanagi. Es la líder del clan de ninjas Sanada, clan rival de los Owanabanshuu. Colabora con los Caballeros Negros para que su clan consiga más poder en Japón.

> Kaita. Es un traidor al clan Sanada porque está en contra de las condiciones que quieren aplicar los Caballeros Negros en la alianza. Al final consigue ayudar a los protagonistas.

En los episodios 90-94:

> Jinpu. Es un experto del Feng Shui, del clan del viento precisamente. Ayuda a los protagonistas a derrotar a los miembros del clan del agua.

> Saeki Yunoshin. Miembro del clan del agua. Es el empresario que compra los terrenos donde aparecen diferentes problemas. Solo le falta la capa de superhéroe, porque va de hombre bueno para ayudar al prójimo.

> Reisui. Es el maestro del clan del agua, pero tranquilos, que no lanza chorros de agua por la boca como Squirtle.

> El clan del agua. Me veo en la obligación de explicar un poco este mejunje absurdo de clanes de agua, viento (y supongo que tendrían la idea de meter a algún pokèmon, pero no había presupuesto; no lo hay para animación, lo van a tener para la descendencia de un zorro que se fo**ó a una cabra). Bien, parece que siglos atrás, estos dos clanes controlaban los círculos del Feng Shui (no me preguntéis qué son, como español solo sé de los chanchullos para urbanizar fincas) y el clan del agua quería cambiarlos. Obviamente el clan del viento se opuso y se armó la de san quintín. Pues en los inicios de la era Meiji, vuelven los del clan del agua desde China para poder cambiar los círculos. Todo esto me recuerda a los líos que se montan en cualquier casa a la hora de colgar un cuadro o de colocar los muebles del salón, vamos, una gilipollez de campeonato para terminar la serie. Y si esto os parece una soplapollez, esperad a ver los combates con uno sosteniendo un dibujo de diseño técnico y los otros contraatacando con las reglas de la misma asignatura. ¡Por el poder del rotulador de 0,5 mm!

Terminando el grueso del análisis, solo nos queda el último apartado, el ya famoso combinado de curiosidades, zascas y opiniones… Un momento, tenemos una noticia de última hora. Parece que el profesor quiere darnos una clase de historia. Conectamos con él.



-Muchacha, esa ictericia no me gusta nada-

Antes de empezar con la realidad histórica de este anime, me veo en la obligación de aclarar un punto muy importante: la historia que relata esta serie está inspirada en la época que ronda el año 1878. La inmensa mayoría de personajes históricos no existen y algunos se inspiraron en personajes históricos reales. Uno de estos personajes es el protagonista de este anime: Kenshin Himura. Pero antes de ponerme a relatar los parecidos con el personaje real, voy a resumir la situación de aquellos años.

La época feudal japonesa, también conocida como Era Tokugawa o Shogunato Tokugawa, duró entre los años 1603 y 1868 de nuestra era. Una de las características de este período es que bloqueó toda influencia externa a las islas, pasando incluso a cuchillo no solo a los monjes portugueses que se ubicaban en la isla de Kyushu, al sur, sino también a los feligreses que practicaban su fe en la clanestinidad. De la misma forma que sucedió en Europa, los habitantes se cansaron de esta situación y, gracias a la influencia y apoyo externo de otras naciones, el régimen Tokugawa llegó a su fin tras el período Bakumatsu.

Llegado ese momento, el nuevo gobierno Meiji dicta la disolución de la clase samurái y la prohibición de llevar espadas en público. Esto causó que numerosos samuráis no se adaptasen a la nueva normativa y se dedicasen a trabajos poco legales utilizando los únicos conocimientos que poseían: los de matar con la espada. Estos dos detalles se repiten varias veces en la serie, remarcando el cambio de época tan abrupta que sufrieron los japoneses. Por esa razón, muchos de los enemigos que se encuentra Kenshin son samuráis que no se reconvirtieron y que colaboran con malhechores o lo son ellos.

Varios de los personajes históricos más influyentes que decantaron la victoria para el nuevo régimen fueron cuatro hitokiri (en japonés significa "asesino de hombres") cuyos nombres eran Kawami Gensai, Kirino Toshiaki (conocido como Nakamura Hanjirou), Tanaba Shinbei y Okada Izou. Ellos se opusieron al shogunato y apoyaron al nuevo emperador. Estas cuatro personas eran samuráis de élite cuyo dominio de la espada estaba tan desarrollado que entre la población se consideraban como guerreros invencibles. Uno de estos samuráis fue el personaje que tomó como inspiración Nobuhiro Watsuki. Éste no es otro que Kawami Gensai.

De apariencia ligeramente femenina a causa de sus rasgos faciales, su baja estatura y peso, Gensai daba la impresión de ser alguien más débil de lo que realmente era. Esta impresión se veía reforzada por su comportamiento educado y gentil. No obstante, poseía una gran fuerza física y una habilidad con la katana que muy pocos tenían. Su fama se agrandó cuando despedazó a Kuma Shouzan, un samurái fiel al shogunato, en la calle a plena luz del día. El estilo de kenjutsu de Gensai era el Furanui-Ryu o "Dragón-Relámpago", un estilo de esgrima muy rápido que bien podría encajar perfectamente con la descripción del Hiten Mitsurugi-Ryu de Kenshin.



-Éste es Kawami Gensai-

Además del protagonista, también tenemos a otro personaje inspirado en la historia. Es el caso de Saito Hajime (nombre real), capitán de la 3ª división del Shinsengumi. Una de las leyendas de este personaje es que se cambió de nombre a Goro Fujita y que trabajó como oficial de policía con un permiso especial para llevar una katana. Murió por úlcera de estómago a los 71 años a causa de su consumado alcoholismo. Otro de los personajes de la serie que está inspirado en una persona real fue Sanosuke Sagara, pero lo curioso es que Watsuki se inspiró en alguien del Shinsengumi para ello: Sanosuke Harada, capitán de la 10ª división. El detalle del kanji del personaje animado también tiene una base real. Como símbolo de odio hacia el nuevo gobierno Meiji por las muertes de sus camaradas, el auténtico Sanosuke llevaba dicho kanji en su chaqueta.

La muerte de Kawami Gensai sucedió pocos años después de la instauración de la nueva era. El gobierno lo consideró peligroso para el nuevo régimen y lo ejecutaron en 1872, cuatro años después de la instauración Meiji. Como veis, varios de los personajes tuvieron una inspiración muy real, sobre todo si hablamos del protagonista de la serie.

Bien, ahora sí ya no hay nada más que la última sección, favorita por muchos, la de los zascas, ya que las curiosidades se fueron con la excusa del profesor.

> A pesar de que es un recurso muy utilizado en las series de acción y combates con espadas, en este anime aparecen cortes imposibles o con efecto retardado (como los guionistas), pudiendo disfrutar de ramas cuyo corte aparece varios segundos después de la estocada. No me voy a olvidar de cortes perfectos en el metal como si estuvieran trinchando un pavo.

> En el capítulo 7 aparecen trajes occidentales que son calcados a los de algún proxeneta yanqui o de algún bróker de 1980. Solo falta un negro con collares y camiseta de tiras que suelte un “hey, bro!” cuando te ve.

> De la misma forma que no soporto algunas tonterías de vestuario, tampoco creo conveniente que se pongan los personajes a hacer comentarios jocosos (es la intención, porque gracia no tienen ni pizca) en pleno combate como si aquello fuera la WWE o también esas riñas cansinas entre Kaoru y Yahiko que me aburren solo de recordarlas.

> Otra de las tonterías que me hizo gracia en la serie fue el conocido como “síndrome Resident Evil”, ya sabéis, esa desaparición de enemigos abatidos de una escena a otra. Y que no se me olviden las heridas y la sangre. Wipp Express está interesado en la fórmula secreta.

> En dónde sí estoy interesado es en el filo inteligente (o tonto, para mí) de la sakabatou de Kenshin. Recordemos que es de filo invertido, pues entonces que me digan por qué apoya las manos o alguna parte de su anatomía y no se corta. Seguro que nos lo explican en Cuarto Milenio, después de la publicidad.

> Y ya que estamos hablando de tontos (del filo me refiero), sigo con la pauta recordando el episodio 11 y esa fuga cortando las cuerdas contra una madera astillada ¡teniendo una espada al lado! ¿¡Pero quién fue el subnor…

> Mal vamos si Kaoru tiene unos billetes de tren en la mano en el episodio 22 y, de repente, ¡pum! Ya no están. Nianonianoniaaaaa…



-Ahí, ahí, aprieta fuerte que no corta-

> Con el episodio 22 tengo una cruz particular, la del anormal que se puso a dibujar y le puso unos cabezones a los personajes que todavía no sé cómo cogen por la puerta. Los rasgos de la cara son peores todavía, siempre miran con la cabeza inclinada. Hey, bro!

> Y seguimos con el “veintidó, veintidó… veintidó, veintidó, veintidó”. Suponía que en Japón había caballitos de mar, lo que no sabía es que Kenshin, cuando se cae al mar desde el tren, sale montado en uno que cabalga a galope, tiene cuatro patas y dice ¡hiiiiiiiii!

> El veneno en el antiguo Japón era tan fuerte, tan fuerte, que actuaba al instante, como las collejas que se merecían algunos guionistas y así corregíamos su actitud, también al instante.

> Me pregunto cómo Kaoru, Yahiko y Sanosuke abordaron un navío sin que los tripulantes se enterasen de nada. No solo eso, nuestros protagonistas se adentraron hasta la bodega sin ser vistos. ¡Olé!

> En el episodio 27 tenemos una ristra. ¿Hay algo mejor que caer inconsciente tras recibir un disparo en la pierna? Sí, que te hagan un vendaje completo de la herida a través de un agujero en el pantalón. Y no nos olvidemos que la sangre desaparece. ¡Wipp Express! Por cierto, que no se me olvide, la muchacha herida tiene un problema con su pelo. En algunos momentos es negro, pero en otros es verde oscuro. Guay.

> Me encantan esas escenas marítimas del episodio 25, concretamente la que tiene niebla. En unas escenas no se ve un burro a tres pasos y en otras casi se alcanza a ver las personas de la costa.

> Es alucinante que, en plena era Tokugawa, se entierren a un montón de personas con cruces cristianas cuando se sabe de sobra que el cristianismo estaba prohibido.

> Dicen que si te atacan con un Futae no Kiwami acabas muerto, pero llega el momento en que lo utilizan continuamente y no pasa nada.

> En el capítulo 49 los fantasmas hacen aparición cerrando una puerta que antes estaba abierta. Nótese el detalle que en la serie no aparecen fantasmas en ningún momento.

> También me parto el pecho con las marcas circulares en el suelo cuando golpea una espada. Lo mejor es que deja un cráter como si cayese un meteorito.

> Se nota que los guionistas son de letras porque un eclipse total lo hacen durar unos minutos, desde que la Luna comienza a interponerse, hasta que desaparece del disco solar. En nuestra realidad eso dura unas 2 horas, aproximadamente, si el eclipse es total. Además, parece que los dibujantes quisieron remarcar más el efecto de oscurecimiento como si aquello fuera medianoche. Media no, pero una guantá completa sí merecían.

> El capítulo 73 es el de los fenómenos psíquicos. Sanosuke sabe que Kenshin está ciego cuando éste asoma la patita en una cueva oscura (que ésa es otra, deben tener visión por infrarrojos), sin que le hubiesen dicho nada. Además, Kenshin sabe qué enfermedad tiene una persona solo por toser (recordemos que sigue ciego y no de sake precisamente).

> Con los episodios de Amakusa Shougo me divertí bastante gracias al detalle de ser cristiano, declararse hijo de Dios “by the face” y, además, asesinar a diversas personas. Todo muy cristiano, sí.



-No, Sanosuke no está viendo las "berzas" del campo-

Llegan los episodios de los despropósitos (86 y 87). Agárrense los machos, porque voy a ir de carrerilla:

> Que se caiga el suelo de una cueva hacia un abismo, pero que después se tape el suelo con las mismas rocas que cayeron, dice mucho de los albañiles de esta serie.

> Lo de meter un caballo en el fondo de la cueva me rompió los esquemas, completamente. Ya de paso metemos un estudio de animación japonés y tapiamos la entrada.

> Meter las manos en agua hirviendo para esterilizarlas es de retrasados mentales, de muy retrasados (o de un programa de Jackass). Y cuidado, que no se le cae la piel al personaje ni la cara de vergüenza a los creadores.

> Ahora los ninjas son druidas también y pueden controlar a los murciélagos. Nananananananana… ¡Batman!

> Una espada que es capaz de cortar metal, piedra y madera es incapaz de cortar un látigo.

> Soy un enemigo atroz, pero si la tierra tiembla, me caigo contra el suelo y quedo inconsciente.

> Que desaparezca la sangre y los rotos en la ropa de un personaje es el mejor ejemplo de la dejadez de este proyecto en su etapa final.

> Termino con una opinión: que metan vídeos reales con animación para ahorrase dinero es la puntilla a la animación de este proyecto, más cuando se trata del último episodio. Parece que no quisieron esforzarse con esta historia y continuar haciendo el ridículo hasta el final.


LA NOTA:


Finiquito toda esta parrafada con las conclusiones de esta serie tan famosa de TV. Si pudiera catalogarla en una palabra sería la de “decepcionante”, porque una historia tan famosa fue dejada y put**da (ya no digo maltratada porque me quedaría corto) desde el inicio hasta el final, exceptuando, claro está, ese centro relleno de emoción, que es lo único que se puede salvar de la quema, argumentalmente hablando. No me gustó el dibujo porque podrían haberlo hecho mejor, pero no quisieron. Respecto a la OST, los opening y ending los enviaría a la basura o al incinerador. El resto quizás pueda salvarse in extremis”, aunque habrá que agradecérselo a los tres temas más famosos: “Sakura no Ki no Shita ni”, “The Last Wolf Suite ~Shishio Makoto no Kumikyoku~” y “Warriors Suite”. No tengo ninguna duda que este intento de homenaje a Kawami Gensai bien podrían habérselo ahorrado o, por lo menos y así lo pienso, haber mostrado interés en él. Rurouni Kenshin se queda con la D.



-Para el próximo martes seguiremos con la segunda parte de este mega-análisis. No desconectéis :D

Publicar un comentario

0 Comentarios