AÑO 12
Esta semana comprobaremos que, de vez en cuando, hay que hacerle caso a tu jefe con…
>Monster (Madhouse, 2004, 74 CAPS)

No estoy bromeando. En algunas ocasiones más vale hacerle caso al jefe, porque con nuestra cabezonería, con esa ignorancia podemos tener una mala jugada, más si cabe cuando tenemos en cuenta algunas cosas como la sabiduría ancestral en forma de refranes. Es de sobra conocido el dicho "el diablo sabe más por viejo que por diablo", algo que todos habremos escuchado alguna vez en nuestras vidas. El consejo que os doy, desde aquí, es que si vuestro jefe está en una edad similar a vuestros padres, hacedle caso en la mayoría de ocasiones. Excepto si es un explotador, ya que en ese caso le podéis mandar a la mierda con todas vuestras fuerzas.
Una vez, hace unos cuantos unos años, se me pasó por la cabeza variar un poco los clásicos análisis para así crear algo interesante, un punto de vista diferente (y también divertido, por qué no admitirlo) que casi me llevó a la muerte por la excesiva visualización de capítulos en muy poco tiempo. En aquella ocasión nació el mega-análisis con un anime romántico que marcó una etapa en mi juventud (y también en la de otros muchos): Aa! Megamisama!, con un análisis obsesivamente extenso, tanto que tuve que separar la entrada en dos porque al excelentísimo presidente casi le dio un parraque cuando lo vio. Desde entonces, han caído otros, como los de Zero no Tsukaima o Rurouni Kenshin (y dos). Hoy toca otro análisis gordo, pero no como aquellos, hoy toca una serie extensa.
>Monster (Madhouse, 2004, 74 CAPS)

No estoy bromeando. En algunas ocasiones más vale hacerle caso al jefe, porque con nuestra cabezonería, con esa ignorancia podemos tener una mala jugada, más si cabe cuando tenemos en cuenta algunas cosas como la sabiduría ancestral en forma de refranes. Es de sobra conocido el dicho "el diablo sabe más por viejo que por diablo", algo que todos habremos escuchado alguna vez en nuestras vidas. El consejo que os doy, desde aquí, es que si vuestro jefe está en una edad similar a vuestros padres, hacedle caso en la mayoría de ocasiones. Excepto si es un explotador, ya que en ese caso le podéis mandar a la mierda con todas vuestras fuerzas.
Una vez, hace unos cuantos unos años, se me pasó por la cabeza variar un poco los clásicos análisis para así crear algo interesante, un punto de vista diferente (y también divertido, por qué no admitirlo) que casi me llevó a la muerte por la excesiva visualización de capítulos en muy poco tiempo. En aquella ocasión nació el mega-análisis con un anime romántico que marcó una etapa en mi juventud (y también en la de otros muchos): Aa! Megamisama!, con un análisis obsesivamente extenso, tanto que tuve que separar la entrada en dos porque al excelentísimo presidente casi le dio un parraque cuando lo vio. Desde entonces, han caído otros, como los de Zero no Tsukaima o Rurouni Kenshin (y dos). Hoy toca otro análisis gordo, pero no como aquellos, hoy toca una serie extensa.
¿Y por qué se me dio ahora por analizar una serie tan grande? Básicamente porque, como los análisis se han distanciado a dos semanas, disponemos de más tiempo para poder meternos en vereda semejante trabajo. No sé si a mi compañero de fatigas se le pasará por la cabeza analizar un bicho de tamaña longitud. Me apuesto los huevos a que no.
-Dani, me parece muy bien todo este rollo que has soltado pero, ¿por qué Monster precisamente?
Por una recomendación hace muchos años. Por aquel entonces me llevaba muy bien con una chica, Nía, con la que hablaba seguido en el trabajo. Compartíamos anécdotas, nos dábamos consejos y también hablábamos de anime. ¿Cómo? ¿Que hay chicas con las que se puede hablar de anime sin que huyan despavoridas gritando "¡pervertido!"? Sí, así es. Si en tu trabajo no encuentras ninguna es posible que se escondan de ti por ser un apestado. Eso o porque eres un puñetero sacerdote. Y aún con esas, seguro que habrá alguna feligresa a la que le guste la animación japonesa. Volviendo al tema de antes, en una de esas charlas de cada día a la hora de comer, ella me recomendó muy insistentemente ver esta serie. No recuerdo ahora si era para verla con ella o para hacerlo en mi casa con tiempo. No me quedó claro cuando me dijo "pásate por mi casa y te la llevas. O lo que tú quieras".

-¡Y se han incendiado los dos!-
>Sinopsis
Kenzou Tenma es un neurocirujano excelente. Llegó a Alemania, desde Japón, sólo por un artículo que había escrito su director, el Dr. Heinemann. Tras demostrar en contadas ocasiones sus habilidades con el bisturí, empieza a replantearse algunas cosas, como si está siendo utilizado en beneficio del propio director, dejando de lado las buenas formas que se rigen por el código deontológico. Todo gracias a comentarios de un compañero y a algunos acontecimientos que se rigen en un hospital, como puede ser la frustración de una mujer que ha perdido a un ser querido. Y por cosas como éstas, el Dr. Tenma se pregunta por qué tiene que hacer las cosas que le mandan y no lo que él quiere, ya que su máxima es que todas las vidas son iguales.
>Guion, narrativa y tratamiento de personajes
Y así es, todas las vidas son iguales. No hay ninguna con mayor importancia que otra. Luego empezamos con los matices, que si éste es el alcalde, que si éste tiene millones… Y luego te llega el pobre, el inmigrante y acaba pasando lo de casi siempre, que se quedan en el camino, que encuentran dificultades que no pueden sortear, ya sea con dinero o por la importancia que tiene. Y volviendo a la máxima que os indiqué al principio, deberéis hacer caso a vuestros jefes si tienen una edad parecida a la de vuestros padres. Yo recibí muchos consejos de ellos y algunos tan valiosos como el que le podrían haber dado a Kenzou: "eres muy bueno en tu trabajo, pero los otros no tanto. No debes frustrarte por ello. Preocúpate por lo que puedes hacer y no por lo que quieras abarcar. Está claro que los demás no lo van a hacer tan bien como tú, pero tú sí que puedes conseguirlo. Siéntete orgulloso de lo que has conseguido".
Por cosas como esas, me centro en lo que puedo aportar, pero no voy a romperme los huevos por levantar algo que no me conviene. ¿Soy egoísta? Bueno, es lo que pasa por querer centrarme en mi puñetero trabajo. ¿El de los demás? Que lo hagan ellos o que pidan ayuda, que para eso cobran. Sin embargo, el protagonista de la historia que tenemos esta semana entre manos no pensó así, quería salvar a todo el mundo o, por lo menos, le daba preferencia al que él creía que lo merecía. Un hecho como el de "llegar antes" vale para algunas cosas, como el de un camino estrecho en un lejano pueblo de Ourense. Lamentablemente, no sirve para todo.
Es en ese momento, donde se le envía al ostracismo. Adiós al puesto de jefe de cirugía, adiós a ascender a director del hospital, adiós al puesto de presidente… Y donde también aparecen los muertos. Porque, claro, estamos ante un thriller donde el olor a fiambre se nota antes incluso de poner un pie dentro. Desde ese momento, el beneficiado es Tenma, pero la cosa no va a acabar ahí, la muerte siempre vuelve a llamar. No le tocará a él, pero sí a los seres queridos que tiene más cerca. Y en su caso no solo seres "queridos", sino también a cercanos como lo son sus pacientes. Ahí comienza su huída para salvar el pellejo, porque todas las pistas le señalan a él. Para la policía no existe ese asesino llamado Johan del que Tenma habla, solo existe Tenma como sospechoso. En este punto es cuando comienza la verdadera serie de un fugitivo que intenta parar al asesino que puso patas arriba su vida.

-Agresión sexual telequinética indirecta. ¡Llamen a la ministra!-
Desde ese instante, la serie se puede dividir en varias partes:
- Huída de Kenzo intentando localizar pistas que confirmen la existencia de Johan y sus delitos.
- Se localiza a Johan queriendo hacer sus travesuras hasta que huye de nuevo.
- Se localiza el origen de Johan y, ya de paso, también el suyo.
- Final.
Sin embargo, como todos los buenos guisos, el fuego lento es la clave. Poco a poco nos irán presentando personajes. Algunos serán importantes para la trama principal. Otros, en cambio, se mostrarán durante un tiempo y los dejaremos atrás. Por eso la serie va ganando enteros con el paso del tiempo, cuando el número de personajes aumenta para enriquecer la trama y darnos diferentes puntos de vista. Mientras eso no ocurre, al principio tendremos un walking simulator, donde Tenma se dedica a caminar de aquí para allá, huyendo de todos los lugares en los que ha parado y donde hizo amigos. Por fortuna no lleva paquetes para entregar al igual que Norman Reedus en Death Stranding, pero poco le falta. Eso sí, la eterna bolsa de deportes le acompaña allá donde va.
Cuando se localiza a Johan, la historia empieza a emocionar, dejando atrás el cansancio a causa de la monotonía. No sabremos por dónde nos van a llevar o cómo acabarán, porque el guion es del todo imprevisible. Solo tenemos presente los patrones antes mencionados con algunos de los personajes que continúan en la historia. De todas formas, y por fortuna, comienzan a aparecer más y la trama se complica. Cosa que ayuda a dejar claro que nos van a sorprender cuándo y cómo quieran. Pero ahí está la delicia del género policíaco, que la tensión no siempre está a un nivel dónde el corazón se nos vaya a salir por la boca, sino en los momentos de clímax que puntualmente nos retorcerán las entrañas de la impresión.
Desde ese momento se remarca algo que veíamos ligeramente en los episodios anteriores: la historia principal se cuenta con los distintos relatos secundarios que nos muestran y que se suelen centrar en el entorno de Tenma. Sin embargo, existen episodios donde serán otros los que ocupen en lugar central, en lo que al peso narrativo se refiere, y donde el protagonista desaparece de la pantalla para mostrarse tiempo después. Puede parecer extraño y aburrido (y en cierta manera para mí lo fue), pero es un tratamiento muy importante para poder no solo integrar, sino también empatizar con unos personajes que resultaran ser claves en el relato.
Desde ese momento se remarca algo que veíamos ligeramente en los episodios anteriores: la historia principal se cuenta con los distintos relatos secundarios que nos muestran y que se suelen centrar en el entorno de Tenma. Sin embargo, existen episodios donde serán otros los que ocupen en lugar central, en lo que al peso narrativo se refiere, y donde el protagonista desaparece de la pantalla para mostrarse tiempo después. Puede parecer extraño y aburrido (y en cierta manera para mí lo fue), pero es un tratamiento muy importante para poder no solo integrar, sino también empatizar con unos personajes que resultaran ser claves en el relato.

-Cuando te funan en Twitter-
Es hora de hablar un poco de los personajes. Si bien la mayoría desaparecen pasado su episodio (o de varios), unos pocos continúan de manera intermitente hasta el final, donde confluyen para dar carpetazo a esta historia casi interminable. Todos, absolutamente todos, tienen sus traumas, unos causados por Johan, otros por su entorno y un tercer grupo por Tenma y la verdadera realidad que le sigue. Cada uno tiene su forma de pensar, sus miedos, sus deseos, esa ira que solo aparece tocando una fibra en concreto. No obstante, bajo mi punto de vista, tienen un cierto parecido porque, desde la lejanía se notan humanos, con sus defectos y sus bondades, y eso es algo que pocas series pueden conseguir.
Respecto al final, bueno, quizás a alguno le guste, a otros les parecerá una chufa. A mí no me terminó de convencer, no porque no encajen con sus personalidades, sino porque me esperaba algo distinto. De todas formas, se siguen notando los traumas en los personajes y, algo muy importante, es que no se los van a curar tan fácilmente. No tienen un interruptor para apagarlos y que no molesten. El tiempo será el encargado de curarlos, si es que se intenta. Por eso, algunos de ellos cambian de opinión sobre algo importante como la profesión que van a escoger tras los estudios, el amor perdido, o por qué una madre escoge un hijo antes que otro "si todos son importantes y los quiere por igual". ¿O es mentira?
>Listado de personajes
>Tenma Kenzou. El protagonista y quien la cagó por no seguir el procedimiento. ¿Veis cómo esos protocolos valen para algo? Ahora tiene que jugar al escondite con la policía por toda Alemania en vez de haber obedecido y meterse sus principios por el orto. Quitando detalles como éste que os acabo de contar, Kenzou es un gran médico. Un cirujano excelente y una persona con gran corazón que, cuando se propone algo, lo acaba cumpliendo.
>Eva Heinemann. La hija del director. No le coge todo el interés por el poder y el dinero en ese cuerpo. Deja a Tenma por el conflicto con su padre y por ver que no va a alcanzar el puesto que ella desea: ser la mujer del director del hospital. Gran futuro. Si llega a tener una pareja que es vicepresidente del gobierno igual la meten como ministra de igualdad. Luego se da cuenta de que se ha equivocado, la rechazan y se convierte en una Shakira over nine thousand.
>Dr. Heinemann. Es el padre de Eva y el director del Hospital donde trabaja Kenzou. Dejó lo de esforzarse para demostrar su valía y se aprovecha del talento de los demás para ganar méritos. No hay otra forma de describirlo, es un trepa.

-Al Xokas lo han detenido por follarse a tu madre-
>Heinrich Runge. Inspector de la BKA. Solo tiene un objetivo en mente, terminar lo que ha empezado. Otro terco como Kenzou. Es un detective a la antigua usanza, pero no por utilizar la violencia para resolver sus casos, sino por saber tocar donde necesita para que todo fluya hacia el mismo punto: la detención del culpable.
>Johan Liebert. Cuando alguien se pasa con el bofetón a tiempo. Se ha vuelto un asesino despiadado, aunque por razones que no voy a mencionar aquí para evitar desvelar datos importantes. Y eso que estoy tentado para evitar que veáis una serie de 74 episodios. ¿O tal vez no? De carácter apacible y sonrisa amigable, te la va a jugar de una manera que no la vas a ver ni aunque te pongan la repetición.
>Nina Fortner. Hermana de Johan y separada de él cuando era joven. Ahora una estudiante universitaria que cursa derecho con la intención de ser fiscal en un futuro. Aunque al final de la serie nos sorprende con un giro en lo tocante a sus estudios. Va al psicólogo periódicamente por unos sueños extraños y a raíz de eso empieza a darse cuenta de que su pasado olvidado está oculto por culpa de unas intenciones oscuras.
>Wolfgang Grimmer. Periodista freelance que viaja por distintas regiones para desvelar las infracciones respecto a los derechos humanos. Se encuentra con Kenzou y, desde entonces, unen sus caminos para localizar el origen del mal que quieren eliminar.
>El Bebé. Y no porque este viejo se cague en los pantalones, si no por su baja estatura. Aun así, controla un grupo de ultraderecha alemán que ansía con recuperar el régimen del Führer. Podría hacer como en España y montarse un bar-restaurante.
>Dieter. Huérfano que Kenzou rescata de manos de un maltratador. Acaba por seguirlo allá a donde vaya porque lo de buscarse una familia normal es para perdedores.
>Fritz Vardemann. El abogado con cara de perro. Siempre mostrando un rostro serio, casi enfadado, busca su éxito en demostrar la inocencia de sus clientes y no en el dinero. Por eso no tiene ni una gran fortuna ni influencias en las altas esferas. Prefiere tener los pies en el suelo y ayudar a quien cree que lo necesita.
>Hans Georg Schuwald. Un millonario alemán que acaba relacionándose con los personajes de la serie y termina un poco mal, porque ya se sabe que si juegas con fuego, puedes acabar quemándote.

-Empoderamiento-
>Jan Suk. Es un joven detective que se encuentra con un percal tan grande que no es capaz de gestionarlo. Pasa de ser el típico novato pringado de la oficina a luchar por manejar un caso que le vendría grande incluso a cualquier detective experimentado. Quizás Suk acabe siendo un poco arrogante, pero no tiene otra forma de abarcar la semejante bola de mierda que se le avalanza.
>Julius Reichwein. Psicólogo alemán que descubre que la muerte de un amigo detective es algo más que un simple suicidio. Tras rascar un poco en la superficie del caso, se da cuenta de que hay mucho más de lo que podría imaginar.
>Lotte Frank. La compañera y amiga de Karl Schuwald, hasta que el chaval acaba pansando de ella por sus múltiples compromisos y nos deja ante la identidad interesada de esta. Que no lo digo por mal, pero cuando va rechazando chicos porque no le gustan, que no se queje luego de que su amigo del alma hace lo mismo. Hipocresía en estado puro.
>Rudy Gillen. Criminólogo y psiquiatra. Estudia varios casos y comprueba que pueden tener relación. Acaba descubriendo una telaraña de asesinatos aislados que están relacionados sospechosamente con un mismo personaje.
>Roberto, alias el que te deja el culo abierto. Un tío grande con la tranca grande (eso dicen). Seguidor de Johan, le ayuda en la eliminación de sus objetivos mientras el rubio tiene una coartada. Alguno podría pensar que es un acólito sin muchas habilidades, pero en realidad es un asesino profesional que disfruta con la muerte. Le gusta enterrar el teleñeco más que a mi cuñado el whisky.
>Animación y sonido
Madhouse es un estudio que suele darnos resultados, a nivel de animación, de todo tipo. Sea por sobresalientes o por mediocres. Y aquí… bueno, teniendo en cuenta que, a día de hoy, nos ofrecen auténticas joyas creadas por ordenador, el trabajo de este estudio allá por 2004 está bastante logrado. Eso sí, no es algo para destacar, sino más bien para mantenerse en un nivel por el que no se mencione la palabra despido al día siguiente en la oficina. Las calidades, aunque buenas, quedan en la media si se comparan con otros trabajos de la época como pueden ser DearS, Elfen Lied, Gantz, Samurai Champloo, Midori no Hibi o Paranoia Agent, por poner unos pocos ejemplos que se han analizado en este blog.

-Cuando pides una caña y te enteras de que era Cruzcampo-
De todas formas, la pega más grande respecto a la animación no tiene que ver con nada de lo mencionado en el apartado anterior. Pues tenemos el problema de que a los nipones de Madhouse, por aquel entonces, se les acabaron los patrones de caras alemanas. Bueno, miento, solo les quedó una pendiente, la de Adolfito. Pero claro, cualquiera es el valiente japonés que mete a semejante nazi y se olvida de Hirohito. Así pues, tenemos a tal mejunje de caras que han decidido tirar por el camino "fácil", poniéndole la misma cara a las señoras que superan los 50. El peinado, por fortuna, lo cambian un poco, pero tampoco es que se esfuercen en mejorarlo. Tengamos en cuenta que, en Japón y según los mangakas, las mujeres de más de 80 años son enanas, con el pelo recogido y con unas gafas de culo de vaso que dejan en vergüenza a Bartolo, el violador de camioneros de la M30. Así que, ni tan mal, pero no dejan atrás la sensación de que en la Alemania de los años 90 del siglo pasado, los peinados estaban limitados de la misma forma que ocurre en Korea del Norte.
Respecto a los otros puntos de la animación, como el detalle, paleta de color y movimientos, nada a destacar. Cierto que la paleta de colores será más oscura de lo normal, no porque abusen de los negros y demás colores oscuros, pero se nota que no hay tanto brillo y luminosidad como en otras series. Son colores más apagados de lo normal, reforzando la sensación pesimista y decadente que la historia nos relata.
Cambiando un poco de tercio, el doblaje es neutro (por que casi no hay gritos cuando la cara del personaje los muestra) y la mezcla de voces no aplica el énfasis necesario. Si hasta el doblaje en castellano (y mira que el doblaje en castellano para anime es malo de cojones) le da mil vueltas. Los efectos de sonido son algo que no sé si amarlos o darles la patada para que caigan por el barranco. Pues en algunos casos no destacan ni para bien ni para mal y se les da las gracias por estar ahí, y en otros momentos los llego a amar porque detallan con mimo aspectos que muchos ya hemos olvidado. Como son los efectos de sonido en el encendido de un ordenador de los años 90, con sus típicos ventiladores y los cabezales de los discos duros haciendo ruido a más no poder.
>OPENING. La canción de apertura, titulada Grain, me recuerda vagamente a algún tema de la serie Ergo Proxy. Podría ser que el intérprete y compositor, Haishima Kuniaki, hubiera colaborado con Manglobe para la serie de los proxys, pero nada más lejos de la realidad: no participó en ese trabajo. Tiene colaboraciones en Gasaraki, Macross Zero, Master Keaton, Neoranga, RUN=DIM (un engendro en 3D que hace que los anuncios de Actimel parezcan obras de Pixar) o Spriggan.
>ENDING. Tenemos dos temas en esta ocasión. El primero se titula For the Love of Life y lo interpreta David Sylvian, sin tener otras colaboraciones en anime. Lo mismo ocurre con la artista que está detrás del segundo tema del ending, Fujiko Hemming. De título Make It Home, pone la guinda a la parte final de uno de los cuentos ilustrados que aparecen en la serie y que, durante los 74 episodios, nos muestran las escenas de ese mismo relato.
LA NOTA:
Si bien Monster era una serie que tenía en ese famoso listado de animes clásicos para analizar, lo que más me ha pesado a la hora de verla (como si fuese tan importante tras más de 10 años) eran sus 74 episodios de duración. Una cantidad excesiva que me recuerda a todos los capítulos que me tragué, casi hasta la muerte, de Aa! Megamisama!. O la animalada de Rurouni Kenshin y que, curiosamente, también era otra recomendación de otra chica.
¿Acaso estoy insinuando que dos tetas tiran más que dos carretas? Es posible. Pero a mi favor tengo que decir que no hubo ningún amigo que me recomendase una serie que durase más de 26 episodios. Así que queda claro, entre nosotros no nos animamos al suicidio con una extensión demasiado grande, ya que somos personas ocupadas y nuestro tiempo es escaso. O bien tenemos la concentración de una ameba y nos aburrimos con cualquier cosa que pensemos (o ya sepamos) que dura más de lo que debería. Pongo como ejemplo la más que famosa situación de tener que acompañar a una chica a comprar ropa o cualquier cosita para la casa, como puede ser algo decorativo o, mismamente, ver muebles en Ikea, con el consiguiente riesgo para la vida de uno mismo el hecho de quedar encerrado allí, perdido entre cojines y nombres suecos, para acabar muriendo de inanición tras fornicar, repetidas veces, con un peluche de metro y medio.
Y tras este alegato que ningún juez es capaz de ignorar, vamos con la recopilación de puntos importantes que nos trae esta historia. Vale que se trata de una adaptación del manga de Naoki Urasawa, pero como suele ser habitual en el blog, eso nos importa entre poco y nada de cara a salvar los errores del estudio. Tampoco vamos a desmerecer los esfuerzos y el buen hacer que hayan logrado. Intentaremos ser justos, incluso si se trata de Bones.

-No sé si le ha gustado mucho o poco-
La narrativa es lo mejor y lo peor de la serie. Tiene la bondad de ofrecernos detalles sobre la historia y todos los personajes importantes. Y que os quede claro el contexto de esta palabra. No me refiero unicamente a los protagonistas o a los secundarios con cierto peso en la trama, sino también a aquellos que están de pasada y de los cuáles conoceremos cosas como inquietudes, deseos, cuales eran sus estilos de vida, por poneros unos ejemplos. Lo malo de esto es que, tal y como tratan el relato, la serie se hace muy lenta. Demasiado para mi gusto. El thriller te mantiene pegado a la silla de la tensión, de la inquietud. Aquí me mantuvo pegado a la silla porque me estaba durmiéndo en más de una ocasión. Con el consiguiente riesgo que ello supone para mi salud el hecho de incorporarme a mi edad. Un peligro.
¿Me hubiera gustado verla acompañado en un sofá con una mantita después de cenar? Por supuesto, pero de aquella no podía verla con quién me la recomendó, porque no era plan de plantarme en casa de la posible suegra para decirle que quería ver una serie en la intimidad con una de sus hijas. No tendría calle suficiente para correr.
Además de las bondades de una serie de suspense, tenemos un tratamiento de los personajes que no es todo lo envidiable que debería. No por lo mal que están desarrollados, todo lo contrario, están a un nivel de comportamiento, de detalle en sus pensamientos, en sus dudas, en qué los hace fuertes, en sus objetivos en la vida… que pocas pegas se les puede poner. El inconveniente está en que, al tener a tantos personajes en la historia y querer darles su tiempo en pantalla, otros quedan relegados casi al olvido hasta pasados varios capítulos. En algunos casos bastante más de los deseables. Pero es lo malo que tiene una narrativa lenta, que mantiene ese ritmo hasta el final. Que la tensión se palpa en el ambiente, pero sin abusar. No vaya a ser que un espectador se muera de un infarto. Otra cosa es que se mueran de viejos por tanto capítulo, pero es lo que pasa cuando se le quita emoción, que la monotonía hace aparición.
Cierto que, en la primera parte de la serie tenemos un patrón similar, tal y como mencioné más arriba, y luego cambia a otros escenarios para darle un poco más de variedad. Quizás, porque lo noté yo y no me he encontrado a nadie que pueda hablarme de la serie (ya sea porque no la han visto o porque, si lo hicieron, fue hace bastante tiempo), pero desde el capítulo 25 se nota algo más de agilidad y, por lo tanto, la historia se ve más atractiva. Desde el episodio 40 es cuanto coge toda la fuerza que debería tener desde el inicio y la mantiene hasta el final.
A nivel de animación y sonido no es una gran serie que recordaremos todos a lo largo de los años, pero en eso no es donde quiere destacar, sino en la historia y en los personajes. La animación es más que correcta y el sonido nos dejará asombrados si en ese momento el técnico de turno estaba inspirado y le apetecía mostrar su talento. Por todo esto, Monster alcanza la B en nuestro sistema de valoración.

0 Comentarios