Akebi-chan no Sailor Fuku

AÑO 12



Esta semana habrá quien se acuerde de Usagi Tsukino con…


>Akebi-chan no Sailor Fuku (A.K.A. Akebi`s Sailor Uniform) (CloverWorks, 2022, 12 CAPS)


¿Que no sabéis quién es? Vaya con la brecha generacional imposible de romper. Muchos fuimos los que vivimos cantando el opening de Sailor Moon en la década de los 90, unos más que otros eso es cierto. Sin embargo, yo era de los que me escaqueaba que tararear cualquier canción que tuviera que ver con faldas y tules de seda…

-Dani, eres un sucio machista.
-Dini, iris in sicii michisCÓMEME LOS HUEVOS!


Aunque a decir verdad, Sailor Moon caía siempre que podía (y no había otras preferencias interesantes, que a decir verdad eran muchas). Ahora puedo confesarlo, no tengo miedo a represalias. Antes no. Por aquel entonces, el mundo se dividía en dos mitades: los que gozábamos con Dragon Ball y los que "disfrutaban" de los lloros de un joven presidente del Barça y su mascota, un mapache azul. El resto no existía de puertas afuera de casa. Incluso entre las chicas lo que enganchada era la serie de los chicos del maíz, esos engendros de 3 metros de alto y una delgadez que era la envidia de Slender Man que, para los que no lo han adivinado, se trata de Marmalade Boy. Y solo de pensarlo me entran escalofríos.

Esta semana tenemos entre manos una historia que, si bien al principio no parece que tenga un parecido con Sailor Moon, resulta que a mediados y contra el final, tampoco lo tiene. Lo del cliffhanger era solo porque aparecen uniformes de marinera en ambas series. ¿Qué esperabais? Estáis leyendo una reseña en un blog de tercera regional. Si alguien tiene la culpa de esperar algo interesante por estos lares, sois vosotros.

Aunque tampoco todo va a ser tan malo. Detrás de semejante invento (el de la serie, no lo que me he sacado de la manga) está uno de los grandes de estos últimos años, con trabajos como Fugou Keiji Balance: Unlimited, Horimiya o Yakusoku no Neverland. Me refiero a CloverWorks, un estudio que a más de uno nos deja con la boca abierta con una calidad elevada en los apartados técnicos y un cuidado en las tramas que nos "asegura" que no metemos los pies en un bodrio como los que le gustan a mi compañero de fatigas.

De todas formas, tampoco es que estemos los dos tirándonos mierda en estos momentos cuando hay cosas más importantes que hacer como darles de comer a las cobayas. Sí, ahora me han encasquetado dos ratas como la que tenemos en el blog comiendo pipas al final de las entradas. Bueno, la mitad de las entradas. La otra mitad se reparte entre los análisis que hago y la extensión de la frente.

-Antes iba en pelotas-


>Sinopsis

Akebi es una joven que deja su escuela primaria para adentrarse en la rutina del instituto de secundaria. Atrás deja sus días en un centro infantil donde sólo ella estaba de alumna, algo que suena triste y postapocalíptico a partes iguales. Pero no le importaba entonces, primero porque ella joven e inconsciente y, segundo, porque ya pasó.

Ahora, en cambio, sus inquietudes son otras. Quiere estudiar en el mismo centro que lo hizo su madre décadas atrás, con compañeras, nuevos profesores y un uniforme de marinera que la mantiene enamorada tras ver las fotografías de su madre cuando cursaba en ese instituto.

Sin embargo, la realidad suele ser más dura de lo que nos imaginamos. Las compañeras no siempre son ideales y pueden surgir roces y malas formas que nos amarguen el día a día. Los profesores, más de lo mismo, sobre todo cuando nos topamos con el típico cuadriculado que no acepta la realidad que tiene alrededor. Y luego el uniforme, ese traje precioso de marinera que nos hace recordar muchas de las series que veíamos antaño y que, viendo los de ahora, nos echamos a llorar porque solo falta que les quiten los pañuelos para que parezca el mismo traje para ir al trabajo.

-Dani, ¿y por qué tanto bombo con el traje de marinera si ahora te pones a escribir acerca de un uniforme que se parece más al traje que llevan las mujeres en las empresas a las que van a trabajar?

Te vas a reír cuando te lo cuente…


>Guion, narrativa y tratamiento de personajes

¿A que os habéis reído, eh? A carcajadas. Y qué chistes, buenísimos, jamás en la vida veréis bromas tan buenas en este blog. Menudo momento de inspiración. ¿Que no os habéis enterado de lo que decía y queréis que lo cuente de nuevo? Ya deberíais saber que los chistes, cuando se cuentan otra vez y se explican ya no tienen la más mínima gracia, pero bueno, si insistís.

Akebi-chan no Sailor Fuku es una serie donde la protagonista emprende un cambio en su vida, dejando atrás la primaria para lanzarse de cabeza hacia una secundaria que ofrece más dudas que certezas. Sin embargo, una de las certezas que tiene es el uniforme. Un precioso traje de marinera que a Akebi le ha enamorado.

-Brilla más que la bombilla de Edison-

Así que ahí tenemos a esta joven entusiasmada y a su madre, colaborativa hasta la saciedad, preparando en casa el uniforme que llevará el primer día de instituto. Todo va según lo preparado hasta que, ¡oh, qué sorpresa! el traje resulta que es "ligeramente" diferente. Vamos, como aquel anuncio donde un sufrido estudiante le dice a su madre que al día siguiente le toca ir disfrazado de castor. Todavía se les busca al no haber dado señales de vida desde entonces.

Y aquí tenemos la tormenta perfecta para que a nuestra protagonista se le señale como a un bicho raro justo cuando comienza una nueva etapa en su vida, quizás la más importante, que es cuando se forma su carácter y donde se asientan los traumas. Pero tranquilos todos, que el censor de la Fox ha llegado para salvar a la chica de un claro suicidio por aburrimiento, ya que no hay vías de tren a las que tirarse en la zona donde vive. Bueno, eso y porque no todo van a ser cosas malas en la vida.

Y es que sí, queridos míos, en esta ocasión los astros se han alineado para que un más que seguro acoso escolar se diluya en una sociedad ideal donde todo el mundo se echa una mano, donde no hay malos entendidos, ni malas palabras. Todos los conflictos (muy pequeños, por cierto) se resuelven sin problemas, hablando y a la primera. Ciencia ficción de la buena.

Hablando de géneros, ya que estamos, de ciencia ficción no hay, por más que se hayan esforzado en meterla con semejante premisa, pero existen otros que sí. Bueno, más bien otro, porque sólo hay uno que inunde por completo el metraje de esta serie: el slice of life. Ni drama, ni romance y, menos aún, género policíaco. La fantasía la dejamos para futuras ocasiones en este blog.

Siguiendo con la historia de este anime, el palo del traje es muy grande, tanto que la dirección del centro educativo toma cartas en el asunto para decidir que Akebi puede llevar el antiguo uniforme de marinera, al ser algo que formó parte de las mujeres que ahora no solo toman parte del personal del instituto, sino también de las mujeres de la región. Y sí, digo región porque no estamos ante una serie que se ambienta en la típica ciudad (véase Tokyo), sino que optaron por hacerla un poco más rural. El creador del manga en el que se basa la serie, Hiro (a algunos les sonará por estar detrás de "Super Cub" o "Yumekuri"), quiso dar una ambientación diferente a las clásicas historias (y más que aburridas en muchos casos) de instituto en el centro de la ciudad. Aquí tenemos una realidad distinta, la que muestra la despoblación del rural japonés centrándose en el colegio de primaria de Akebi, donde sólo estaba ella y, ahora, su hermana pequeña. Un centro que cerrará definitivamente sus puertas al no tener ningún otro alumno en edad de estudio.

-Cuando quedaste con la persona que te gusta para enterrar el teleñeco-

Pero no solo por esos detalles se marca la realidad del campo nipón. Los numerosos arrozales de la zona, que tengan que desplazarse a pie las alumnas del centro (algunas con suerte lo hacen en autobús porque la parada les queda cerca), que le pregunten a la protagonista porque decidió ir a un centro educativo en la región en lugar de uno en la capital o el conocimiento de la fauna local, son detalles que nos remarcan la realidad de una zona en declive y donde la preferencia suele estar, como ya comenté, en las grandes ciudades.

Dejando atrás las ambientaciones, la historia tiene un tono muy sentimental, dándole importancia al qué dirán, a los miedos, a detalles como el aspecto o el olor. A decir verdad, a los chicos nos da igual que desprendamos olor a choto mientras no tengamos setas creciendo en la chepa. La narrativa es lenta, centrándose en aspectos concretos, preferentemente en las compañeras de aula, ya que uno de los puntos en común en los episodios está en las compañeras de Akebi y en cómo les hace cambiar sus actitudes o en cómo les hace replantearse aficiones. Principalmente porque la protagonista es una cotilla de cuidado. Es una adicta a conocer gente nueva y a descubrir qué les hace mover el mundo. Básicamente, le gusta saber de qué pie cojea cada una y lo va anotando en una libreta. Quizás es que no sea cotilla y solo tenemos que definirla como metódica. Eso sí, dejando la hipocresía de lado al hablar de ese matiz.

Aunque a fin de cuentas, Akebi es una chica peculiar que ha crecido sin nadie de su edad a su alrededor. Es una chica auténtica como pocas, casi sin influencia del qué dirán, y eso la hace destacar, ya sea para bien o para mal. Dependiendo de su entorno, puede llegar a ser popular o una friki a evitar, pero claro, no debemos olvidarnos que estamos ante una serie donde, en plan broma, mencionaba al censor de la Fox como artífice de semejante sociedad. Así que, sin lugar a dudas, nuestra joven protagonista tirará para adelante, mejorando la vida de sus compañeras, creándoles dudas que las hacen avanzar y uniéndolas en una piña de amigas y compañeras que, sin ella, no llegaría a tanto.

No obstante, a pesar de la inocencia y de que el censor ha pasado el rotulador para que todo esté estupendo, la serie no es para todos los públicos. No hay nada erótico, quizás sí algunas referencias muy ligeras a ciertos detalles, como que alguna de las chicas "ha desarrollado más ciertos aspectos", pero nada que escandalice a nadie. Bueno, igual a algún talibán o a alguien del Opus Dei. La causa a la que me refería con lo de que no es para todos los públicos es porque se trata de una serie de chicas.

A lo lejos veo como algo viene corriendo, gritando y levantando una polvareda con sus aspavientos. Diría que es la "Pam" de Podemos, pero dudo que galope. Para el resto de "femilistas" que están por aquí les recomiendo que pasen el antivirus antes de enviar cualquier comentario. Para los nazis que quieran utilizar mis palabras de manera torticera solo les pido que se lancen de cabeza a un poco de mierda con la boca abierta. Tras decir esto, aclaro. Al igual que existe literatura donde "el patriarcado impone sus valores (y no sé qué mierdas más)", también existe literatura para mujeres. Y no solo literatura, series y películas también, porque ya me diréis quienes de los chicos que están leyendo por aquí es adicto a "Anatomía de Grey", o películas de época como "Mujercitas", "Orgullo y prejuicio" o "Ana de las tejas verdes". Pues eso.

-Cuando te enseñan las vocales en una escuela feminista-

En esta ocasión tenemos algo de ese estilo, donde el sentimentalismo inunda todos los ámbitos y los detalles, aunque pequeños, suelen marcar la diferencia. Esos detalles por los que tu novia se ha enfadado y solo te responde con un "tú sabrás" o con un esclarecedor "no me pasa nada". Así nos va. Aspectos como que Akebi, pese a ser una chica independiente, tiene inseguridades y no sabe si va a caer bien a sus nuevas compañeras. Incluso quiere que su padre sea el primero en verla con el uniforme para poder tener más seguridad en sí misma al tener la aprobación de un ser querido. Pero eso no es exclusivo de Akebi, también lo muestran sus compañeras. El típico detalle del aspecto físico y de las dudas que aparecen por subir de peso y poder apretar las lorzas con los dedos también tiene su hueco. Que a los chavales nos da igual, tanto nuestra barriga como la de la chica que nos gusta. Sin embargo, eso no quita que la delicadeza y la sencillez de algunas cosas se complique porque se le da demasiadas vueltas, sobre todo si son cosas que nosotros no le damos importancia, pero las chicas sí. Básicamente porque ellas se mueven bajo una realidad de sensaciones que nosotros somos incapaces de percibir. Por esa razón aquí nos aburriremos (al igual que lo hice en una parte importante del metraje de esta serie). Porque nos parecerán chorradas que, al fin y al cabo, son importantes para ellas, sobre todo a esas edades.

Por características como estas, los personajes están bien trabajados, aunque se notarán vacíos si rascamos un poco. Esto que digo tiene una razón de ser y está en la gestión de la narrativa. Cada uno de los capítulos se centrará (gracias a la curiosidad de Akebi) en una de las compañeras, pero solo rascan ligeramente la superficie de ese comportamiento, descubriendo qué lo ocasiona y cómo avanza hasta su conclusión, nada más. Al siguiente capítulo tendremos otros datos de otra chica, pero con el mismo "problema" de base para descubrir más sobre ellas.

De todas formas, ya que por ese motivo no va a haber un listado de personajes en el análisis, también tendremos episodios donde el grupo de chicas profundiza su amistad, contra el final, con la excusa de un festival deportivo en el instituto. Pero en ellos, más que centrarse en los propios personajes, la historia se centra en las sensaciones, en este caso de Akebi, para dar carpetazo a la historia con un final espectacular, muy sentimental, donde el esfuerzo de todas hacia el mismo objetivo se ve recompensado. Y para muestra, un botón. El título del último capítulo es el más revelador; "No estoy sola". Es la última piedra de un relato de superación en la vida cuyo único trámite (y el más complejo en la sociedad japonesa, aunque en menor medida en el resto de sociedades) es poder congeniar con alguien al que llamarle "amig@".


>Listado de personajes

¿Cómo? ¿No decías que no iba a haber un listado de personajes en este análisis? En efecto, pero también deberíais saber que juego con la ambigüedad y con las sorpresas y con lo que me sale del arco del triunfo. En esta ocasión no vamos a tener un listado completo ni muy extenso, solo de aquellos de los que disponemos los datos suficientes.

-Las preposiciones y los fansubs, esos eternos enemigos-

>Akebi Komichi. Es la protagonista. Esta peculiar joven llega a la secundaria haciéndose notar gracias a su uniforme de marinera. Aunque tiene inseguridades, como cualquier otra persona, intenta mostrar una sincera sonrisa en su rostro. Su actitud integradora hará que la distancia social entre sus compañeras desaparezca.

>Akebi Kao. Es la hermana de la protagonista. Podríamos decir que es una copia en miniatura de ella. Intenta apoyarse en su hermana mayor todo lo que puede, tanto que la tiene como referencia en aquello que hace.

>Akebi Yuwa. Es la madre de ambas. Esta dedicada ama de casa cuida de la casa y de la familia mientras su marido trabaja fuera la mayoría de los días. Poco más podremos decir de ella quitando esas funciones y es que no la veremos fuera del ámbito hogareño.

>Kizaki Erika. Podría decirse que es la amiga/compañera más íntima de la protagonista y todo por una aparente tontería como la de llegar habitualmente temprano al aula. Le gusta tocar música, aunque no la veremos mucho en esa función.


>Animación y sonido

Teniendo en cuenta que tenemos a CloverWorks tras esta serie y que no hay novedades con respecto a los anteriores trabajos que analizamos para este blog, la parte técnica va a ser breve, aunque no mucho para el sufrimiento del prójimo.

A nivel de animación, el trabajo de CloverWorks es excelente tal y como ya nos tienen acostumbrados. Los escenarios son inmejorables. Un gran detalle, buena ambientación y un juego de luces asombroso. No cabe duda que el nivel en este apartado lo han conseguido a pulso. Otra cosa es 
ya la gestión en los personajes y los demás objetos que veremos en movimiento. Si bien es cierto que el CGI se utiliza para vehículos y objetos inertes, el desempeño está a nivel de la ambientación y fondos. La parte menos buena la tenemos en los personajes. El contraste es más que notable y cae de la balanza respecto a los primeros. Los personajes se notan menos cuidados en comparación, pero siguen estando bien. El punto discordante lo tienen los trazos en algunos momentos, notándose algo más toscos. Lo extraño es que no ocurre en toda la serie, sino en ciertos momentos y episodios, así que no sé por qué podría haber sucedido esto. Al principio lo achaqué al fansub por una compresión inadecuada, pero dentro del propio capítulo había partes que estaban mejor, por no mencionar que la calidad en los escenarios era la misma en todos los casos. Muy extraño.

-Piropazo para escupírselo a vuestra pareja-

De todas formas, tampoco es para tirarse de los pelos, la calidad es más que destacable en este apartado técnico, de igual manera en que lo hace en el de sonido. Cierto es que tenemos muchos temas instrumentales, pero la gestión de las músicas de fondo para ambientar, los silencios para potenciar las sensaciones que nos ofrecen los distintos momentos, las voces y los efectos sonoros forman un conjunto que ya nos gustaría poder tener en nuestros pseudo-podcasts. Quizás cuando nos toque la lotería.

De todas formas y para no variar, os dejo un resumen de las aperturas y cierres:
  • OPENING: Hajimari no Setsuna es el título de este tema, interpretado por varias de las seiyuu del reparto.
  • ENDING: En esta ocasión tenemos varios temas que acompañarán el cierre de los 12 capítulos. En primer lugar está Baton, interpretado por Murakami Manatsu, una mujer que puso voz en personajes de otras series, aunque solo con esta colaboración a nivel musical.
  • En segundo lugar tenemos el tema especial Kaze ni Makasete, que solo aparece en el capítulo 4. La voz también la pone Murakami Manatsu.
  • Por último, como nuevo ending especial, tenemos el tema de apertura, Hajimari no Setsuna, para dar fin a la historia que nos relatan.


LA NOTA:

Concluimos con las chicas y el traje de marinerita. No, no voy ensañarme con la comparación en qué pasaría si los chicos fuesen de marinerito al instituto, esa pesadilla queda para otro día. Solo la idea de pensar en ir vestido de comunión todos los días a secundaria hace que el estómago me dé vueltas.

Por fortuna, las faldas mejor que las lleven las chicas. No voy a decir nada de los escoceses, ya bastante repelús tengo en el cuerpo como para hablar de piernas peludas y el badajo al aire tras la horrible idea de meterme en un traje de comunión tamaño XXL.

En esta ocasión aclaramos los puntos que destacan de este anime. Una serie que, si bien no formo parte del "target" de público, sí que me ha hecho darme cuenta de ciertos aspectos
que casi había olvidado. Que no soy el centro del universo, cada uno somos el centro de nuestras propias vidas, no las de todos. Y no tiene por qué dar rabia con todas las series de animación que hay. De verdad, demasiadas son las que se presentan al público y solo unas pocas las que acabamos viendo y, en caso nuestro, las que analizamos. Nos quedan muchísimas más atrás que jamás vamos a poder el ojo encima.

La historia de Akebi-chan no Sailor Fuku nos enseña que la vida está en los pequeños detalles y en mejorar 
poco a poco como personas. No hace falta un cambio drástico para que la calidad de la vida que llevamos mejore, solo cambiando pocas cosas somos capaces de librar obstáculos que nos parecían insalvables.

Quizás no es la forma perfecta de mostrarnos esa idea, pero sí una de las mejores. A esto hay que sumar el mimo que los chicos de CloverWorks ponen en sus trabajos. A nivel de animación no cabe ninguna duda de que estamos ante un trabajo top. Si revisamos el sonido, nos quedamos igual. Desde luego no va a haber quejas 
a este respecto.

Por todo esto, Akebi-chan no Sailor Fuku alcanza la B en nuestro sistema de valoraciones.

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