Mi vecino Totoro

AÑO 3



Hoy tocaremos un tema personal con…

>Mi vecino Totoro (Studio Ghibli, 1988)


Si os pica la curiosidad por lo que acabo de escribir, no os preocupéis, que no es nada malo, ni grave, todo lo contrario. Algunos lo definirían como serendipia, otros como casualidad, pero la verdad es que resulta curioso el resultado. Hace ya tiempo que tenía ganas de analizar este film de Ghibli, pero no encontraba la excusa para poder hacerlo, ya que o nunca me acordaba o tenía otras animaciones japonesas pendientes. Ahora, por fin, ya lo analizo. ¿A qué me refería con lo del tema personal? Muy sencillo, un regalo:



Seguro que ya habrá alguien que se esté muriendo de envidia, apuesto que también alguien sentirá indiferencia, pero olvidaos de las sensaciones que os invadan. Aquí lo importante es el anime. No obstante, tampoco os voy a dejar con las ganas de saber el porqué de este regalo. Hace unos cuantos meses fue el cumpleaños del peque y unas muy buenas amigas le regalaron (por sorpresa, porque no sospechaba nada) una caja de música de Totoro. Un producto muy especial, cuidado y de calidad. Vamos, que el peque está siendo adoctrinado ya de joven. Como tiene que ser :)

Volviendo al tema del film, si os soy sincero, hacía tantísimo tiempo que vi esta película que no me acordaba de casi nada, por lo que fue el momento perfecto de intentar recordar antiguas sensaciones. Lamentablemente, dicho sector del disco duro neuronal está estropeado y no pude rememorar nada de aquel momento. De todas formas, tampoco es para preocuparse, hay que ver el lado positivo de las cosas y en esta ocasión toca tomárselo como un análisis desde cero y no en plan “remember”.

En esta ocasión he preferido la versión doblada al castellano/español de España. Quizás para desquitarme un poco del japonés o quizás para ver cómo estaba el doblaje a nuestro idioma de esta obra icónica de Ghibli. Supongo que lo hice por lo segundo sumando lo primero. Posiblemente.



-Que levante la mano quien no haya intentado caminar de rodillas-

Centrándome al fin en el anime, Mi vecino Totoro es una película infantil. Olvidaos de un anime de corte adulto. No lo es ni mucho menos. Esto es así por varios detalles: lo primero es una historia cuyos protagonistas son niños de pocos años; segundo tenemos una historia poco compleja, sin entramado profundo, y tercero tenemos un tratamiento muy fantasioso de lo que se cuenta, mezclando la realidad con una visión ficticia e imaginaria que un infante puede comprender a la primera.

Esta historia trata sobra la mudanza de una familia a una casa abandonada durante bastantes años. Esta casa se encuentra en una zona rural salpicada de campos de arroz y coronada (la zona, me refiero) con un montículo/bosque pequeño muy alto cuya joya principal es un alcanforero de colosales dimensiones. En esta casa comprobaremos que sólo los habitantes de la vivienda de corta edad pueden ver cosas extrañas o especiales, haciendo creíble el hecho de que los niños tienen una sensibilidad especial con los temas mágicos.

Todos los acontecimientos en el film se basan en la mudanza, la adaptación de las pequeñas protagonistas (ahora hablaremos de ellas) a esta nueva vida y el lastre de tener a su madre enferma en el hospital. Los hechos que se muestran son los que observan las dos pequeñas, incluidos los momentos de fantasía. En ningún momento veremos cómo se relata desde el prisma de visión de un adulto, lo que remarca lo que indiqué antes: que es una película para niños, los adultos no le encontraremos interés, tal y como suele ocurrir con las películas de Pixar.

Tendremos como una de las protagonistas a Satsuki Kusakabe, una niña de corta edad que cuida de su hermana pequeña y también un poco de su padre. Satsuki va a la escuela con el restro de chic@s de la zona. Se ve influenciada en importancia por Mei, su hermana pequeña. Ella es bastante menor que Satsuki y siempre está bajo la supervisión de la mayor o de un adulto, cuando la hermana no está vigilándola. Mei es la primera en captar de primera mano (y nunca mejor dicho) los personajes mágicos que los rodean relatando y sugestionando a su hermana.



-Ésta es, sin lugar a dudas, la imagen más icónica de la película-

Sin embargo, sólo ellas dos podrán disfrutar de los fantásticos personajes con los que toparán, incluido a Totoro, una criatura grande, con pelo y una gran boca repleta de dientes. El padre de las chicas, Tatsuo, no es capaz de ver lo que sus hijas descubren, sin embargo, creerá en lo que relatan a pesar de lo incapaz que es de observar el mundo alternativo.

Existen otros personajes, ya en un plano mucho más secundario, como son la madre de Satsuki y Mei, llamada Yasuko; Kanta, un niño de la edad de Satsuki y con un comportamiento algo extraño cuando están las chicas delante o la abuela de éste, cuyo nombre es tan conocido como el del abuelo de Heidi.

Y alguno se preguntará el por qué me olvidé de Totoro & company, pero la explicación es bien sencilla: quiero hablar de ellos en una sección aparte. Todos estos personajes mágicos no hablan y parece que se comportan como si lo que sucede a su alrededor poco les importase, como si fueran animales del entorno. De entre todos destaca de forma absoluta Totoro, una criatura que parece un conejo con anabolizantes, pero achuchable hasta decir basta. Me llama poderosamente la atención la enorme boca que tiene cuando la abre, al igual que la portentosa dentadura y el diminuto rastro de esta boca cuando la tiene cerrada. Aun así, en algunas escenas parece que tiene la dentadura torcida o que le faltan dientes por los huecos que aparecen entre los mismos. No obstante, en la mayoría de escenas veremos su dentadura profident digna de aparecer en los anuncios de dentífricos.

Además de él, tenemos a dos "mini-totoros". Uno de ellos tiene un tamaño parecido al de la hermana pequeña, pero con tres marcas en el abdomen y con el pelo de color azulado. El más canijo en cambio es blanco al completo, sin distintivos en la barriga y casi sin marcas en la cara. Sólo se le ven los ojos y no se distingue nariz ni boca y, algún@ se dará cuanta también, tampoco le veremos los brazos. Parecerá una bola de queso fresco con patas, orejas y ojos.



-¡Me estáis pellizcando los pezoneeeees!-

A este trío de “conejos” tendremos que sumar otro personaje fantástico bautizado como catbus o gatobus, según el idioma que utilicemos. A diferencia de los tres primeros, esta criatura mitad gato mitad nosequé pero tiene pinta de parecerse a un autobús, estará relacionada con Totoro como un conocido, amigo o vecino, quién sabe. Sin embargo, su presencia será crucial para que la historia de la película acabe bien. No sé qué opinará George R. R. Martin.

Desde luego, la historia está bien tratada, bien relatada y no nos será difícil adentrarnos en el relato ni en los paisajes, cuyo dibujo y animación, además de colorido, nos entra por los ojos con una sensación parecida a las brisas suaves en los calurosos meses veraniegos. A decir verdad, esta animación me resultó muy llamativa, con numerosos planos estáticos y un movimiento que se ejecutaba por encima de ellos y cuyos resultados, como decía antes, quedan muy agradables a la vista. Aun así, mis gustos hubieran preferido que los fondos fueran más definidos, pero sólo es una percepción personal.

Con respecto a la banda sonora/ambientación quiero destacar el increíble resultado que muestra el sonido de fondo, con los típicos ruidos de pisadas, de la madera al crujir, del viento y de la hierba al mecerse por él… Si ya el dibujo ayudaba a adentrarse en la historia, esta ambientación sonora nos lanza en ella. Si a ello sumamos una OST que le va como anillo al dedo, queda claro por mi parte que no existen pegas en este apartado.


LA NOTA:

Una pena que no pudiera recordar qué sensaciones me causó hace años ver esta maravilla para así aportaros más información. Pero es lo que hay, ya estoy chocheando por hacerme viejo. No obstante, siempre es bueno volver a esas cosas que te influyen siendo joven e inexperto para poder ver cómo afectan a las generaciones venideras, aunque con un año poco va a comprender tal y como es el caso de mi pequeño, pero con algunos más lo verá, sin duda alguna.

De todas formas, antes de dar la valoración definitiva (que seguro algún@ ya se imagina cuál es) quiero remarcar que es una película dirigida al público infantil y que un adulto pueda encontrarla muy corta de profundidad y eso le desanime. No obstante, teniendo en cuenta el público al que va dirigida, no cabe duda que se queda con la A, todo por su gran hacer en esta magnífica obra.






Si alguien pensó que esto se acababa, que se siente de nuevo en la silla porque vamos con…

> Mei y el gatitobus (Studio Ghibli, 2003)



A los que no se enteraron que el mundo de Totoro es más amplio, ¡sorpresa! He aquí no la segunda parte, sino un spin-off del film original del año 1988. Esta secuela de corta duración data de la misma época de la película, pero se hizo pública bastantes años después y ésta es una de las cuantiosas peculiaridades que posee este corto de animación.

Para empezar, lo mejor es que hablemos del corto en sí, ya que este especial de Ghibli dura tan sólo 15 minutos, por lo que no da mucho tiempo a contar algo. No obstante, mantiene la misma magia y maneras que se mostraron en la película. No cambia nada, con excepción de lo comentado: la duración.

La historia de este spin-off trata sobre Mei en una noche en la que se despierta por el viento y observa que está causado por alguien muy especial: un gatitobus. Tras una pequeña persecución de Mei al felino, éste le invita a montarse para darle una vuelta. ¡Y esto es tó, esto es tó, esto es todo amig@s! No hay más porque no da tiempo a más. De todas formas, no tendremos una mala percepción respecto a este corto de animación porque sigue teniendo una buena mano en la realización, tal y como relataba antes. Además, el dibujo, la animación, la banda sonora y ambientación siguen igual, por lo que esta sensación de continuidad se verá reforzada.

Y ahora, ya cambiando de tercio, pasamos al apartado de curiosidades. Primero y antes de nada, este corto de animación nunca se publicó, presentó o lanzó a las pantallas de cine, TV o en VHS/DVD. Es un corto que realizó Miyazaki y que quedó en un cajón guardado hasta que, definitivamente, se empezó a exhibir en una pantalla exclusiva: la del museo Ghibli en Mitaka (Tokyo). No busquéis alquileres de DVD ni otros medios digitales, la única forma de verla es viajar a Japón gastándose los cuartos y disfrutar del magnífico museo.


-Almohada tamaño king size-

Algun@ ya saldrá con la coletilla de “es que por Internet hay versiones pirata”, pero nada comparable a que Miyazaki coja un vuelo a España, se presente en casa con unas birras y el rollo de cinta (no seáis mal pensados), pero cada uno que aguante su vela, si queréis quedaros en casa y no pisar el museo Ghibli es cosa vuestra.

Otro detalle curioso es que el opening del corto, a pesar de tener un patrón calcado al original, es muchísimo más breve, pero hace rememorar las sensaciones que uno sintió con la película de Totoro ¡Cómo mola el remember! Que no me digan que no, que todavía me pesa no recordar las sensaciones de ver hace años el film de Totoro.


LA NOTA:

Por mí no le ponía nota. Es muy difícil calificar un corto que no cuenta mucho por el tiempo que tiene y sin ser un proyecto que fuera dirigido a las masas. No obstante, evoca mucho a su historia original y al estar tan bien tratado este spin-off, las sensaciones son buenas. Si habría que clasificarlo se quedaría en la B por la lástima que no fuera más extenso.


-¿Qué te parece Bolita?-


-Porque hablaste bien de mi primo de Zumosol, que si no...-

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