Megalo Box

AÑO 6



Esta semana nos hincharemos a mamporros con...



>Megalo Box (3xCube, TMS Entertainment, 2018, 13 CAPS)


Después de un ligero descanso (tres semanas, no está mal) vuelvo a dar un poco de guerra con una serie de las que pasan desapercibidas sin darnos cuenta, hasta que me encuentro con una imagen y busco más información para saciar el apetito goloso de mi curiosidad. En esta ocasión, puedo decir que me sentí esperanzado al saber que TMS estaba detrás, sabiendo que mi querida ReLIFE fue obra de ellos (solo vi la primera temporada, a ver cómo finalizan esa historia). 

-Pero, ¿qué hay de 3xCube?-

Este desconocido estudio es subsidiario del propio TMS, como Xebec de Production I.G., y cuenta con dos animes en su producción (junto con TMS, no vaya a ser que mamá se enfade): Jitsu wa watashi wa (una comedia romántica con bastante ecchi al parecer) y Toaru Hikuushi e no Kointa (una historia sobre la realeza, la guerra y dos jóvenes con las faldas muy cortas). No sé si alguna de ellas caerá en el blog, al menos les echaré un vistazo a ver qué tal.

Ya después de esta breve introducción, ahora paso al análisis del anime de esta semana. Y lo voy a hacer a lo bruto, sin anestesia y porque yo lo valgo: Junk Dog es uno de los miles de “ciudadanos" de segunda categoría que viven en los suburbios de la ciudad. Como algo normal en esos barrios, la ilegalidad está a la orden del día, al igual que la precariedad y la pobreza. JD sobrevive en este hábitat peleando en combates de Megalo Box ilegales y manipulando a las apuestas para que el mafioso de turno gane dinero. Fuera del ring, corre con su moto por carreteras o pistas de tierra hasta que un día, un accidente acciona la espoleta para salir de ese pozo.

Esto es la sinopsis, muy completita y con el gancho puesto para que la gente pique y se anime a verla. Sin embargo, hay algunos conceptos que no han quedado claros y que son interesantes. El primero de ellos es el entrecomillado de la palabra "ciudadanos". Con ello me refiero a que hay algunas personas elegidas (no se especifica cómo ni por qué) que tienen el grado de oficial de ciudadano, como el beneficio de pagar impuestos y conseguir ventajas con ello. A los que no lo son, solo les espera una vida de penurias.


-¿Es que no puedes beber como una persona normal?-

El segundo concepto y el que es, a priori, el más interesante y atractivo: el Megalo Box. ¿De qué va esto? ¿Lucha de barro masculina?. Igual a Ana Molina le interesa este aspecto, pero no, no es lucha de barro, sino boxeo con un añadido curioso: un exoesqueleto en los brazos y parte alta de la espalda que ayuda a cubrirse de los golpes y que no machaquen el cuerpo y también, cómo no, a golpear más fuerte. Alguno pensará que esto es ilegal, claro, como lo de pisar fuerte la lona del ring cuando vas a repartir. Si alguien no ha entendido esto, se lo explico: el boxeo es una cosa, el Megalo Box es otra cosa y el wrestling es un cuento. ¿Aclarado? Bien, continuo. Lo bueno de este añadido es que se pueden potenciar cualidades que son decentes y hacerlas buenas o incluso exagerar las que uno ya posee. En definitiva, que cada luchador tiene unos pros y unos contras que se podrán usar a favor de una victoria por el contrario. No todo va a ser coser y cantar.

Dejando esto claro, puedo continuar. La historia que relatan en este anime es de superación, de salvar los escollos que nos topamos en el camino, de confiar en las posibilidades de cada uno y, sobre todo, de no rendirse ante la adversidad. así que, si estáis de "bajona", echarle el ojo a esta serie que os vais a sentir como Ruíz-Mateos con el traje de Superman. No obstante, por buena que sea la historia, debe tener una narrativa en condiciones para que la emoción no decaiga. TMS y 3xCube lo han conseguido. De por sí, el nivel general está a la altura y, puntualmente, llegan casi a la perfección con unos cortes de episodio que nos dejarán boquiabiertos y con ganas de más. Aun así, habrá quien se tome el final como algo flojo, extraño o, incluso, malo, pero solo es un final que no muestra cómo quedó la historia, sino que se sitúa un año después y son los propios personajes quienes nos descubren el resultado del combate final con sus diálogos. Bueno, sí, también hay una imagen en negro que indica el resultado del combate y nada más. Pero, para gustos, colores, a mí no me resulta un final malo.

Y hablando de malos, curiosamente no hay ningún villano al que hacer frente. El guion muestra esta historia bajo un prisma como un cada uno mira por su culo. Puede que sí veamos algún deseable, pero en definitiva Megalo Box es un anime que relata la superación de las pruebas de varios personajes, sus cambios y su evolución. He aquí la parte mala. Siempre hay algo que hace que el protagonista avance, de alguna forma (a veces milagrosa) supera este reto. Esta sensación no se va por mucho que los dos estudios se esmeren en mitigarla. Es como la lancha fantástica que apareció brevemente en los Simpsons, la fortuna conseguía que todo le viniese de frente.



-¿No apreta? ¡Y un huevo!-

A pesar de esto, la integración de los personajes en la historia es total. Habrá alguno que nos guste más que a otro o, incluso, desearemos que ocupen más tiempo en pantalla para saber más de ellos, como es, en mi caso, el papel de Yukiko. Pero es lo que hay. De todas formas, no vamos a discriminar personajes por ello, bueno, quizás solo por el nivel de protagonismo. Los más importantes son los siguientes:

>Junk Dog, alias Joe. Es el protagonista. El pobre de JD no tiene donde caerse muerto y, curiosamente, busca eso mismo en viajes peligrosos con su moto o peleando sobre el ring. Es muy terco, inconsciente y perseverante y, esto último, es lo que le hace tan peculiar.

>Gansaku Nanbu. Es el entrenador de Junk Dog, aunque más que entrenador es el que le dice cuándo debe rendirse en los combates. Da la sensación que, sabiendo del potencial que tiene el protagonista, no quiera aspirar a más y se conforma con no perder el ojo que le queda (no cuenta el del culo) y pagar sus deudas.

>Sachio. Es un niño de la calle que roba para malvender y llevarse algo a la boca. A pesar de su corta edad, conoce mucho el Megalo Box y los rendimientos de los diferentes gears. Sus conocimientos se complementan muy bien con las técnicas y entrenamientos de Nanbu.

>Yuuri. Es el hombre perfecto en el boxeo con el gear perfecto para aporrear. De apariencia similar al replicante de Blade Runner, este callado personaje nos mostrará más de su personalidad con sus silencios que con sus puños. A pesar de ser el contrincante ideal para Junk Dog, Yuuri no es para nada una mala persona.

>Yukiko Shirato. Es la presidenta del holding Shirato, famosa empresa tecnológica. Yukiko dirige esta corporación con una calma que no es normal. Eso sí, cuando hace falta, aplica mano dura sin dudarlo y sin mostrar un ápice de enfado.

>Fujimaki. Es un jugador que apuesta en el Megalo Box clandestino. Suele ayudar a incautos con sus deudas y, en esta ocasión, echará una mano los protagonistas. Ya vosotros veréis dónde apretará.

>Aragaki. Tras enfrentarse a Joe, este luchador accede a ayudarlo para mejorar su boxeo. Es lo que tiene hacer de sparring, ¡todo son ventajas!

>Abuhachi. Este divorciado es el mecánico de Junk Dog. No solo arregla el cochambroso gear del protagonista, sino que también repara la pobre moto que se lleva los golpes en los viajes suicidas. Poco sabremos de él, pero tendremos claro que, si algo se rompe, el podrá repararlo.

Cómo no, habrá muchos más personajes, pero su importancia en la serie se resume en apariciones de unos pocos minutos. Tal es el caso de Miyagi, el entrenador de Aragaki; los amigos de Sachio; o algunos boxeadores del torneo de Megalo Box organizado por Shirato.

El dibujo y la animación resultan diferentes a la época moe que nos toca vivir. No tienen trazos suaves, ni colores pastel, menos aún brilli-brilli de los que le gustan en Gainax. Aquí la norma es el trazo a lo bruto, sin suavizar, y suciedad por doquier. Esta técnica se utiliza únicamente para disimular las limitaciones del presupuesto. Sin embargo, no hace falta nada más, al público de este anime no le va a importar, las emociones en la serie no corren a cargo de la animación.


-¿Cuál será el próximo bodrio de Jorge Garcia?-

En efecto, el dibujo, a pesar de encajar bien con la temática de la historia, no emociona. Ese trabajo corre a cargo de la banda sonora y de los efectos, por supuesto. Con un patrón de bajos y, en ocasiones, de guitarra eléctrica que nos pegan a la pantalla como el cianocrilato a los dedos cuando estamos con el Loctite. Es increíble el trabajo de estos chicos de "mabanua" (Origami Productions), que tienen otro trabajo en este apartado en el anime Sakanichi no Apollon (bonito nombre) de los estudios MAPPA y Tezuka Productions. Aun así, esta descripción está incompleta sin mencionar los toques divinos que convierten la banda sonora en algo único. En Eureka Seven vimos algo parecido con el episodio 22 cuando Renton conoce a Charles y a Ray. En Megalo Box ocurre de forma similar con el inicio del episodio 7 y ese rap que nos obliga a gritar ¡qué bueno, por Dios! Pero no solo de rap vive hombre humano, también hay temas tranquilos y otros de rock y electrónicos que nos cargarán las pilas hasta arriba.

Damos paso a la apertura. Tenemos una canción rock de Leo Imai, un desconocido por estos lares de la animación nipona, con un ritmo que me recuerda al de las bandas inglesas y esto seguro que tiene que ver por haber estudiado en Oxford y pasar gran parte de su vida en Londres. Esta canción, titulada "Bite", tiene una animación basada en el nombre de nuestro protagonista un rudo perro de vertedero lleno de cicatrices.

Al igual que el opening, el ending tiene un ritmo muy peculiar y hasta se podría decir que pegadizo. Aun así, este cierre se caracteriza por una animación llamativa con un marco de neón que rodea los créditos, que también son de este mismo estilo. Así pues, tenemos el cartel de un bar de carretera que nos da el punto y final a cada uno de los episodios. Lo lamento por Emi Nakamara y su tema "Kakatte koi yo", pero tendrá que conformarse con que otro lleve el protagonismo.


LA NOTA

Damos por terminado este análisis recordando las claves que hemos visto hasta el momento. La historia es espectacular, de eso no cabe ninguna duda. Además, se centra más en las personas que hay detrás del Megalo Box que en las propias luchas. No obstante, lo que más me rechina es lo forzado de algunas situaciones o ciertos cambios en la personalidad de los personajes que no terminan de encajar. La animación es correcta y la banda sonora de fábula, pero ya sabéis que estos dos apartados no cuentan para la nota final, que se queda con una B y un merecido sello de recomendable.



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