Hachimitsu to Clover

AÑO 12



Esta semana veremos romper el corazón de Ralph con…


>Hachimitsu to Clover (A.K.A. Honey and Clover) (J.C.Staff, 2005, 24 CAPS)


-A saber por qué parida acabas de soltar semejante entrada, Dani.

Las cosas son siempre claras cuando se trata de mis palabras, eso sí, pero con erótico resultado. Todo el mundo sabe (o debería) acerca del meme de Ralph cuando Lisa le rompe el corazón delante de todo el mundo y Bart, muy perspicaz, graba el momentazo. Porque sí, amigos, las chicas son las primeras en romper el corazón de los zagales. Luego los imbéciles son los que les rompen el corazón a ellas años más tarde cerrando el círculo.

Otra vez que J.C.Estafa se pasea por el blog. ¿Será algo por lo cuál los podremos ajusticiar tirándolos por el monte Galiñeiro hasta que las alimañas devoren los restos de sus cadáveres? Jamás tal cosa, básicamente porque el monte es de todos y no podemos ir nosotros, con nuestros huevos morenos, a contaminarlo con el primer grupo de japoneses que pise territorio nacional.

Además, los amigos de J.C.Staff suelen darnos una de cal y otra de arena. Como si esta frase tuviera por sí misma un significado de una cosa buena y otra mala cuando son necesarias las dos para que la masa frague perfectamente, por lo que ninguna es mala. Pero es lo que hay, ahora toca apechugar con toda la gente que lo va soltando en plan "soy la letra Ñ mayúscula de la RAE".

-Dani, tengo la certeza que de alguna vez lo has puesto en alguno de tusQUE TE CALLES!

¿Y qué nos trae la buena gente de este estudio que me niego a escribirlo una tercera vez, no vaya a ser que salga el Beetlejuice japonés de turno ataviado solo con un mawashi y tocándome las narices con cualquier parida? Pues una historia de antaño (20 años ya) sobre un romance, historias acerca de amistad y, por qué no admitirlo, el buen humor de los años 2000 con sus típicos gags que a todos nos levantaban una sonrisa.

Por aquel entonces, en 2005 estaba enfrascado en una batalla terrible, la de no matarme a pajas, y por eso mis series referentes eran las de salvajismo instantáneo, ecchi a borbotones, acción y fantasía a raudales y traducir Keroro Gunsou para Kamonohashi no Fansub. Pena que lo licenciaran unos pocos meses antes de ver mi nombre en una serie de TV que no fuera Ley y Orden.

Así que, aquí estamos, otra vez con el DeLorean y con el plutonio justo para volver del paseo por la época. Luego que cargue el depósito mi compañero Jorge, que los protones están mu caros y a mí no me da. Habrá que cambiar la inyección del motor para que acepte vodka, que nos sale más a cuenta.

-Cuando entra el excelentísimo presidente por la puerta y no hemos analizado una serie en meses-

>Sinopsis

Yuuta Takemoto es un joven que está empezando en la facultad de artes. Lo tratan como a una persona normal, aunque sin novatadas de por medio (nunca entendí semejante mierda de las novatadas). Como todo buen estudiante, intenta que no lo humillen los senpais con peticiones y/o comportamientos que rozan la ilegalidad. Y es ahí, cuando menos se lo espera, que llega el amor. Bueno, el amor o una nueva estudiante embutida en el cuerpo de una niña de 12 años. Tócate los cojones.

Así que tenemos al bueno de Takemoto, embobado con una chavala que tiene crisis de ansiedad, un comportamiento infantil y un cuerpo por el que Joe Bidden estaría interesado. Pero la serie no va de un adolescente al que Cupido le hace una mala jugada enamorándose de la rubia que hace aparición, sino de las consecuencias de que, en el amor, no todo es tan bonito como parece y, muchas veces, tenemos que aguantar humillaciones o que nos destrocen por dentro porque en esta vida nada es justo excepto un dedo metido por el culo.


>Guion, narrativa y tratamiento de personajes

No, no os voy a responder acerca de experiencias personales respecto a tapones con bisutería. Quizás os puedo mencionar el refrán de dónde viene la frase que cierra la sinopsis: "lo justo no siempre es lo correcto. Si te meten un dedo en el culo, entra justo pero no es lo correcto". Así pues, con esta dosis de sabiduría, continuamos.

El anime que tenemos esta semana el honor de analizar se basa en los géneros del romance y la comedia. Habrá quién meta la amistad como género, pero ese tipo de personas solo tiene el alma podrida con tanto Kingdom Hearts. Quizás algún otro anormal ose mencionar el slice of life porque se relata la dura vida del estudiante universitario, rodeado de amigos muertos de hambre y sin un duro. Me recuerdan a las estudiantes de Salamanca, que tienen que trabajar duro para sobrevivir. No obstante, debo informaros que esa información es completamente falsa, no hay nada de slice por aquí.

Aun así, los dos géneros principales tampoco es que se vean mucho, solo hay trazas a la altura de los demás inventos que mencioné después. El romance, aunque muy presente, no tendrá su momento hasta que la historia lo muestre, luego a otra cosa, mariposa. La comedia, igual. Tendremos escenas que (supongo) tienen gracia o deberían de tenerla, pero yo prefiero algo más ácido o con un tono oscuro como mi alma, que a este paso, Netflix le va a hacer una serie. Así tenemos dos pilares que casi ni están, pero se le esperan, como el buen fútbol en aquel partidazo entre México y Portugal.

-Mayonesa a las croquetas... ¡Pero como se puede ser tan hijo de puta!-

De todas formas, no todo va a ser malo en esta serie. Hay un porcentaje de buen producto tras ella. De verdad, no os miento. ¿Cuándo os he mentido yo? Confiad un poquito en mí, malditos bastardos. Así tenemos un episodio inicial donde se presentan a los personajes y desde dónde empieza la trama general. Tenemos a un personaje, Morita, que es una bala perdida, un psicópata que parece no importarte el prójimo, pero que tiene trazas de ser una persona de bien. Pena que sean las mismas trazas de las que advierten en el etiquetado de los alimentos. Mayama es un chaval que tiene pinta de acabar en una empresa donde paguen bien ya que utiliza bastante las dos cabezas para el tema laboral. Hay una joven llamada Yamada (si por este chiste no me despiden, ya nada lo hará) que no sabe si dedicarse al arte alfarero o meterse en el negocio de licores familiar, aunque no será el único problema que tiene esta joven. También está Takemoto, el novato o recién llegado a la escuela (o universidad, a cada diálogo dicen una cosa distinta) de arte y que se ve abrumado con tanto listillo a su alrededor. Por último tenemos al profesor Hanamoto, fumador empedernido que intenta tutorizar a estos chavales, además de quedar con ellos fuera de las clases para tomar algo en una relación de colegueo que ya me hubiera gustado tenerla en el FP.

Y en este panorama, llega Hagumi, una joven que ha vivido siempre bajo el yugo ala de su abuela, una vieja repelente que no se murió antes porque hacía su vida en el bajo de la casa de campo y no tocaba las escaleras. Una vez muerta la vieja, Hanamoto se hace cargo de la joven para llevarla a la escuela de arte ya que tiene unas habilidades artísticas por encima de lo normal. Además de que conoce a la joven desde hace años y tiene cierto paternalismo por ella. Como si no lo hubiera pasado mal la chavala con la abuela que ahora tiene que soportar a este subnormal que no le quita el ojo de encima. Como os podéis imaginar, una cara nueva siempre es motivo de alterar cualquier círculo de amistades y más todavía cuando llega el flechazo y no se puede hacer nada más al respecto que babear y quedar con la boca abierta como la figura de la Boca de la verdad.

Y es entonces, con todas estas premisas, que empieza el juego de los amores no correspondidos. Y lo digo bien en plural porque son varios. Tampoco es que vaya a airear quién está enamorado de quién y cuál es la persona que sufre por amor, pero ya os digo que prácticamente todos lo harán. Como si no hubiera otra cosa que de la que preocuparse por quién late tu corazón. Chic@s, os doy un consejo, si pasa de vosotros u os utiliza para otros fines, que coja carretera y se vaya a su puñetera casa. Cabeza descansada vale por dos.

-Madre mía como está el suelo de la redacción del blog-

Así tenemos a estos jóvenes, que no pertenecen al país de jovenlandia, cuyo objetivo en estos años es graduarse y empezar la vida adulta. Es el último cartucho para saber qué deben hacer con su futuro, aunque casi nadie lo tiene claro a esas edades. Habrá quién tenga suerte y encuentre trabajo de lo que ha estudiado y otros, en cambio, se plantean alternativas como la que ya comenté de la joven Yamada. La narrativa nos planteará estas cuestiones, además de otras, pero de una forma más ligera de lo que me hubiese imaginado cuando empecé a ver la serie. Esperaba algo más destacado respecto a una trama romántica o ambientada en un centro educativo, pero tensionan la historia relatada con ligeras pinceladas de este género.

La mayoría del metraje tendremos a los personajes intentando avanzar en sus estudios y sufriendo por amor. Que digo yo, no habrá otra cosa en el mundo que cambiar de vista y encontrar aquello que anhelas en los brazos de otra persona, pero debe de hacer mucha ilusión intentarlo una y otra vez hasta cumplir los 60 cuando la cuca esté más seca que el desierto de Atacama y el badajo no se levante ni llamando a una grúa. O mejor todavía, que acepte por pena o por pesadez y que acabe poniendo la cornamenta haciendo horas extraordinarias aunque sean sin pagar. Ahora que lo pienso, esto de que todo el mundo tenga algo en común resulta del todo llamativo y más común de lo que me hubiera imaginado. Si en ciertas series como los harem todas beben los vientos por el protagonista, en los yuri todas son lesbianas o en los yaoi a los chavales les encanta comer pepino, aquí tampoco va a ser menos y hasta el apuntador está enamorado de alguien que no le hace caso y prefiere arrimarse a otra ascua para calentarse la sardina.

Y no hay mucho más que mencionar. Los personajes ya están más que caracterizados, de manera única en el caso del grupo de amigos. Pero que, al fin y al cabo, todos acaban de la misma manera; viendo que pueden cumplir sus sueños profesionales (o no) y que respecto al amor están cojos y les falta su media naranja. O, al menos, la que ellos quieren en ese momento. Sin embargo, no todo el meollo estará en ver repetidamente cómo ellos se estampan con el muro de la indiferencia, los veremos evolucionar, cambiar de actitud, madurar y, quizás, alcanzar sus sueños. O bien rellenar el metraje con situaciones que no tendrían que venir a cuento, pero que nos las vamos a tener que tragar porque está escrito en el guion.

Respecto al final que se relata en la serie solo decir que se deja todo abierto tras los últimos cambios mostrados. Cambios que, si bien son necesarios, en algunos casos chirrían con la tónica de la serie. Actitudes como que, de repente, descubrimos en algunos personajes y que no sabremos si son debidas a algún golpe en la cabeza que no se mostró en pantalla o porque ahora muestran inseguridades que antes o no tenían o no les importaban. Sinceramente, me da un poco igual. Ahora tengo ganas de ver qué sucede en la siguiente temporada, aparentemente la última, pero eso es algo que veremos dentro de 15 días. Tampoco es que me vaya a guardar la sorpresa hasta entonces, prefiero que os mordáis las uñas (que no lo váis a hacer, que os conozco) mientras ese día no llega.

-El petardazo de Hiroshima se sigue sintiendo-


>Listado de personajes

>Hanamoto Hagumi. Es la joven que llega y pone patas arriba cierta parte del grupo, que no a todos, otros ya están dados la vuelta en el tema del amor antes de que ponga un pie en el centro educativo. Esta pequeña joven llega a la escuela de arte con muchas ilusiones y miedos porque supone un cambio radical en su vida. Todo el mundo la trata como a una niña pequeña, no solo por su aspecto, sino por su actitud infantil. Y quizás eso 
no sea lo más propicio para poder conquistar a una joven de 18 años con las hormonas calentando el banquillo.

>Hanamoto Shuuji. Es el tutor de Hanamoto. Este fumador empedernido con cierto parecido al Spike de Cowboy Bebop intentará ayudar a sus alumnos a que sienten un poco la cabeza y escojan el mejor camino. No obstante, lo mejor de todo es la confianza que tiene con el grupo de amigos que son los protagonistas de este anime. De todas formas, creo que esconde algo en su interior, una frustración tan grande que no puede mostrarla en público ni tampoco en privado en sus diálogos internos. Algo que está enterrado a un nivel que no imaginamos. La melancolía que transpira en sus comentarios, consejos y en su forma de pensar hace que tenga esta teoría en mente.

>Mayama Takumi. El tonto del culo como lo llamo yo. Está enamorado de una mujer inaccesible para él. Lo sabe, pero aún así quiere luchar por ello, como si tener a una chica 10 detrás de él no fuera suficiente. No lo entiendo, es querer amargarse la vida hasta que se dé cuenta de que lo ha perdido todo y se tire a las vías del tren.

>Morita Shinobu. La nota discordante, el elegido, la señal wow en carne y hueso… Que me expliquen cómo este chaval consigue lo que se propone y, sin embargo, pase de todo como si le importase una mierda. Solo muestra interés por él mismo, se dedica a tocar los cojones porque sí y a dejar a los demás tirados cuando no le interesa.

>Takemoto Yuuta. El novato. Este joven llega a la escuela de arte no sé por qué motivo porque, aunque tiene cualidades, no tiene inspiración. No se indica si prefiere la pintura, la escultura, la alfarería o matarse a pajas. ¿Enamorado? Por supuesto, pero ahí acaba su función en esta serie.

>Yamada Ayumi. Es una joven que tiene muy buena mano para la alfarería, aunque también tiene la opción de ocuparse del negocio familiar de licores. Y quizás, ante tanta duda decide optar por las dos opciones. ¿Un spoiler salvaje aparece? Sí, no lo voy a negar, pero quizás lo que más me fascine, además de perder el tiempo llorando por un retrasado mental que no le hace caso, es que un deseo profesional como es la alfarería acabe como una afición continua. No sé a quién me recuerda, posiblemente a alguien que no dejó de escribir con el paso de los años.

-Si te sujeta el pelo mientras vomitas, es él-

>Harada Rika. Trabaja para una empresa de arquitectura, realizando diseños. Ahora vive afectada por las consecuencias de un accidente de tráfico que tuvo años atrás cuando perdió a su marido y que todavía sufre, no solo a nivel físico, sino también a nivel emocional. Quizás la peor de las maneras de sufrir por amor porque, aunque tuviera un sí, aunque compartiese momentos únicos, ahora no va a recibir siquiera un "hola" por parte de esa persona.

>Teshigawara Miwako. Trabaja para otra empresa de arquitectura que es competencia de la de Rika donde los dueños son Mario y Luigi y les gusta limpiar la tubería del patio trasero. Teshigawara es la jefa de la oficina en Tokyo y dirige su pequeño departamento con buena mano, aunque se pierde cuando el perro que tienen en la oficina llamado "Líder" asoma el hocico.

>Nomiya Takumi. Trabaja con Teshigawara y empezará a hacer la competencia en el amor a alguno de los estudiantes del grupo porque ve que, igual, es muy posible que acabe cayendo el premio gordo de su lado.

>Yamazaki Kazushi. Alias el maestro de la moda, porque toda ropa hortera que se pone le queda como un guante hasta el punto de captar la atención de cuantos lo rodean e incluso salir en revistas. El pobre Yamazaki se ha enamorado del demonio y ella, lamentablemente, no se da cuenta. Aunque a decir verdad, tampoco es que el muchacho haya mostrado un interés con claridad.


>Animación y sonido

Vale, tenemos una serie de J.C.Staff del 2005. Podemos esperarnos cualquier cosa y no precisamente buena. Pero es lo que hay, son los locos años 2000, donde los pantaloncitos cortos vuelven a la palestra, al igual que los acampanados y donde Blizzard sacaba juegos como Dios manda y no la escoria que tenemos hoy en día. Así que tenemos una animación que puede decepcionar bastante, si se compara con lo que hay hoy en día, pero ajo y agua. Por aquel entonces la gracia de las series estaba en la trama y en las animaciones alocadas. Del buen dibujo y animación se encargaba Ghibli.

De todas formas, no todo va a ser malo en este apartado. Cuando hay un contraste de luces, como la que entra en una habitación, remarcan las zonas iluminadas con un llamativo quemazón blanco y decoloración de la zona. Además, el dibujo es muy "artesanal", definiendo este concepto como algo único y diferente respecto a los demás. El diseño de personajes, pese a no tener un gran detalle, sí que resulta del todo característico. Hacía tiempo que no me encontraba con una serie tan original en este aspecto. Eso sí, luego nos topamos con cosas como las paredes del edificio alquilado, que dan un poco de asco y pena.

-También la conocen como el barco pesquero por... razones-

A nivel de sonido hay pocas cosas destacadas. Quizás alguna canción cantada a mitad de capítulo y referencias a "Moon River" de la película "Desayuno con diamantes". Qué queréis que os diga, prefiero mil veces a Audrey Hepburn que a cualquier Seiyuu. De las voces y efectos, nada a destacar, todo muy normalito.
  • OPENING: tenemos un único tema para los 24 capítulos de la serie: Dramatic, un tema cantado por Yuki (que no es Tsunoda), que ya tiene temas en Rurouni Kenshin, Sangatsu no Lion o Sakamichi no Apollon: Kids on the Slope.
  • ENDING: En esta ocasión tendremos dos temas. El primero se titula Waltz, cantado por Suneohair, que tiene otras colaboraciones en Sakamoto Desu ga?, Arakawa Under the Bridge o Sukitte Ii na yo. Aparecerá entre los capítulos 1 al 12 y en el capítulo final. Respecto al segundo, el tema se titula Mistake y está interpretado por The Band Has No Name. No tiene más colaboraciones en otras series.


LA NOTA:

Podría explayarme hasta la saciedad en esta última parte, pero tengo miedo de que me envenenen la cerveza, así que lo voy a dejar como está. Hachimitsu to Clover es una serie de ritmo lento en temas de romance. Durante los 24 capítulos nos muestran que el amor puede llegar a ser muy jodido, con la esperanza de que la recompensa final compense tanto sufrimiento.

Sin embargo, yo os digo, que esto no se compensa ni en 1000 años. Lo siento mucho, ya me pueden comer los bajos todos los días con ansia viva, que no habrá manera de resarcir todo el daño para que la balanza se decante hacia el otro lado. O quizás es que la gente es muy idiota y quiere llorar porque el mundo no está en guerra total y les hace falta una somanta de palos. Quién sabe. Lo que está claro es que, en el amor, no todo vale y tampoco es que merezcan la pena algunas batallas. Una de mis ex me dijo una vez que un amigo del instituto le confesó muchos años más tarde que estaba enamorado de ella y que le hablaba y seguían siendo amigos porque no podía estar sin ella. Lo más triste es que ella me dijo que le dio pena no porque quizás le hubiese dicho que sí (que no era el caso), sino por el tiempo que perdió en una amistad que era insuficiente para él cuando podría haber estado con otra persona que le hubiera hecho feliz en esos años. Así que, ya sabéis, u os confesáis o lo dejáis estar y os vais a por otra persona (o esperáis a que llegue ese principito pasados unos pocos años). Decisión vuestra.

Los personajes podrían estar mejor, la verdad. Hay algunos que no sabemos a qué se dedican o qué esperan de su vida y, tras 24 capítulos, es muy triste intentar describirlos sin tener en cuenta la frase "es un idiota porque no sabe valorar lo que tiene".

Ya, por terminar, la parte técnica es la habitual en series de la época, más si cabe en trabajos del estudio J.C.Staff, donde la tecnología de dibujo y el presupuesto se iba a los rebotes en las pechugas.

Así pues, tenemos una serie que (espero) cumpla las promesas en la segunda y definitiva temporada mientras nos aguantamos con un final que no es final. Por lo que tendremos que soportar más dolor por amores no correspondidos, que para eso han trabajado bien esta pandilla de hijos de puta. Se han quedado en la E.

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