Dragon's Heaven

AÑO 7



En el día de hoy tomaremos veremos un claro ejemplo de cómo emplear la frase "A veces hay que dar un paso atrás para dar dos adelante" (y de la cual por cierto no os pienso decir nada más para no abrir frentes innecesarios) con el fin de hallar un anime interesante. No en vano en esta ocasión deberíamos de fijar la fecha del 25 de febrero de 1988 en el Delorean para ver el estreno de uno trabajo que nos llevará más de 2200 años en el futuro. Pero dejémonos de spoilers y pasemos a presentar como es debido a...


Dragon's Heaven (AIC & Artmic, 1988, OVA)

"Una OVA que sabe a poco"


Estrenada el susodicho 25 de febrero de 1988 y creada por los estudios de animación AIC (Isekai no Seikishi Monogatari, Uchuu Senkan Yamato 2199, Aa! Megami-sama o la genial Jinrui wa Suitai Shimashita) y la ya desaparecida Artmic (Bubblegum Crash, Power Dolls, Bubblegum Crisis, A.D. Police Files), una empresa que sería fundada en 1978 por el animador Toshimitsu Suzuki justo después de su salida de Tatsunoko Productions y que acabaría pasando a manos de AIC (al menos así ocurrió con gran parte de su propiedad intelectual) tras su bancarrota y posterior disolución en 1997. 

Bajo la producción de Toshiba EMI, la obra que hoy tenemos entre manos resulta ser la adaptación de un manga. El cual había sido creado íntegramente por Makoto Kobayashi y publicado unos meses antes, en diciembre de 1987, por la editorial Asahi Sonorama. Lo cual nos deja bien patente la enorme rapidez con la que se llevó a cabo esta adaptación. Aunque bueno, tampoco os debéis de alarmar en exceso, pues en este caso estamos hablando de un producto que tiene una duración de unos 25 minutos. Dato este que ya nos augura una entrada un tanto escueta y al que volveremos en un momento para resolver las preguntas que este pueda haber causado en quienes hayáis visto la OVA o sepáis algo más de ella.

Asentada en los géneros de la acción, la aventura, la fantasía y la ciencia ficción. ¡¿FANTASÍA?!, ¿en serio MAL? ¿Qué coño os fumáis en esa web? XD. Bien cómo iba diciendo antes de que esta gente volviese a dar la nota, basada en la acción y la ciencia ficción, esta obra nos guardaba un dato bastante esclarecedor para entender su rápida creación. Y es que entre su staff y más concretamente como director, se encuentra el propio Makoto Kobayashi. Además de Ikuyo Koukami (screenplay), Toshihiro Hirano (diseño de personajes), Ichiro Nakano (director de arte), Kiyoshi Fukumoto (director de animación), Osamu Kobayashi (diseño mecánico) y el director de fotografía Tsuguo Ozawa. Y llegados a este punto pasemos a tranquilizar al personal, pues si bien es cierto que la OVA que llegó a mis manos tiene una duración de unos 25 minutos, también lo es el hecho de que existe otra que tiene 42 minutos de duración. Aunque lo más loco no es eso, sino comprobar como en esta versión la animación del comienzo está hecha con imagen real e incluso cuanta con un making-of a su final. ¿A qué se debe esta "duplicidad"? Pues no tengo ni idea, pero algo me dice que la versión "recortada" de 25 minutos es posterior a la original de 42 aunque mantenga un apartado visual similar. Y he entrecomillado esa palabra porque en esencia, sacando las escenas de imagen real el resto de la obra es idéntica.


> Sinopsis:

"En el año 3195, hubo una guerra entre un ejército de robots y los humanos. Cuando Shaian, una armadura de combate sensible, perdió a su compañero en la batalla, se cerró hasta que sus sistemas internos vieron a un nuevo humano. Ahora es casi 1000 años después, y el mayor enemigo de Shaian todavía está vivo y haciendo batalla en Brasil. Con la ayuda de un nuevo amigo, Shaian puede ser capaz de detener esta fuerza maligna antes de que otra guerra irrumpa sobre el continente". (Fuente: moviefit.me)


> Personajes:

> Ikuuru es la protagonista de esta historia. Ermitaña de profesión, esta joven se dedica a explorar el desierto que rodea su hogar al tiempo que se dedica a proteger la ciudad de Kerutoria de los indeseados forasteros que tratan de asaltarla. Una labor que no parecía especialmente complicada para una chica de su edad hasta el día en el que, en mitad de un viaje de exploración, se topa con el arma antiquísima que se convertirá en su compañero.

> Shaian es el co-protagonista de esta historia y el robot de combate que se encuentra Ikuuru mientras exploraba unas ruinas del desierto. De carácter bondadoso y actitud sincera esta máquina de combate se unirá a la joven para, juntos, combatir a su archienemigo.

> Elmedain es el malo malísimo de esta historia y, por tanto, el enemigo a abatir por nuestros protagonistas. Al igual que Shaian, este robot viene de una época muy lejana en la que cada uno estaba en un bando diferente y, aunque a todas luces aquella época ha quedado olvidada en el pasado, estas máquinas continúan actuando en el fondo como si nada hubiese cambiado.

Ikuuru a punto de estrenar su juguete nuevo :P

En el año 3195 la humanidad se halla inmersa en otra guerra. Aunque como es futurista y enfrenta a humanos y robots rebeldes, en vez de aviones, tanques y barcos al uso veremos enormes naves de combate y aerodeslizadores. Quedando únicamente en el aire la cuestión de saber si estos acontecimientos tienen lugar en la Tierra o en otro planeta. Incógnita esta a la que la trama no le da importancia a pesar de llamar al país enemigo Brasil y mostrarnos un mundo completamente desértico. Vamos, que ante tales evidencias yo apostaría a que nos encontramos en nuestro planeta. Y más tras ver la potencia de las armas que se gastan y lo capaces que son de convertirlo todo en un yermo enorme XD. Y así es como la historia dará un salto de mil años en el futuro, después de que nuestro protagonista/narrador se tome un descanso, para mostrarnos un presente que no difiere prácticamente en nada de la era a la que el pertenecía. Ya que ni la guerra ha acabado ni el planeta ha recuperado su antiguo verdor :P 


Ahora bien, lo que sí ha cambiado con el paso del tiempo parecen ser los recuerdos de la gente que vive en esta época, pues a pesar de saber que siguen en guerra no parecen tener ni idea de los orígenes de esta ni de las armas que se usaban. Limitándose a contemplar los restos de aquellas enormes naves como quien observa un elemento más del paisaje. O al menos eso es lo que podemos extraer por la manera en la que actúa nuestra protagonista durante los primeros minutos de la obra. La cual, para mayor contraste si cabe, se desplaza a lomos de su montura en vez de usar cualquier tipo de vehículo. Cosa que resulta curiosa si tenemos en cuenta que su padre era mecánico y que se puede explicar con la escasez de recursos que obviamente habría acarreado un conflicto de tan larga duración. Una conjetura que difícilmente se sostiene cuando descubrimos que la joven se dedica a proteger una pequeña ciudad de los villanos que la acechan para robar sus recursos. Y sí, es cierto que ese dato no debería de ser tenido muy en cuenta, pues dependerá del tipo de villano que aceche, pero es que al poco de encontrarse con Shaian veremos como los verdaderos enemigos se dirigen a la ciudad con el fin de asaltarla sin tener ni idea de que Shaian sigue con vida y se encuentra en ella. Así pues, ¿Qué diablos es lo que buscan en este lugar? Pues nada, me temo, ya que este "reencuentro" tan solo servirá de mecha para desencadenar la rápida sucesión de eventos que nos cuenta esta historia. Ahora bien, si la guerra sigue activa tras mil años y esta enfrentaba a humanos y robots rebeldes, ¿cómo es que el bando enemigo cuenta con humanos entre sus filas? Misterio XD

Y así será como Elmedain entre en escena y se dirija al lugar de la acción nada más saber que su antagonista está vivo. Saltándose en el proceso cualquier protocolo y media cadena de mando, porque no nos debemos de olvidar de que él no es más que otro peón dentro de la cadena militar que dirige el emperador al que sirve. Y aquí será cuando la trama nos deje con la boca medio abierta al descubrirnos como este robot nacido para luchar contra los humanos se relaciona ahora con ellos. LOL. Pero bueno, como su objetivo en la vida es bien claro y la trama no se anda con rodeos en un momento veremos como Elmedain se enfrenta en primer lugar a Ikuuru y posteriormente a Shaian. Obligándome así a bajar de este carro para no revelaros el correcto final que nos espera al término de esta batalla :P

He aquí Elmedain, el villano de esta historia.

> Animación y música.

Tocando ya los apartados técnicos no está de más dejar bien claro que estamos ante un trabajo que data de 1988. Con todas las limitaciones que ello implica tanto a nivel visual, en lo que la animación se refiere, como en el sonoro. Lo cual se traduce en un trabajo bastante manual en cuanto a su dibujo y una resolución de imagen que dentro de algunos años nos parecerá imposible. Y sin embargo, la labor realizada resulta bastante aceptable. Con una elección de colores que no trata de ocultar las carencias y unos efectos sumamente correctos. Y ello, claro está, sin tener en cuenta lo efectiva que resulta la tormenta de arena que podemos observar al comienzo de esta obra ni ese diseño tan 

peculiar de robots, naves y escenarios que llevan la firma de Makoto Kobayashi y que ayudan a que esta obra conserve su toque de frescura incluso 34 años después de su estreno. Por lo que a este respecto, y dejando de lado al director, tan solo me queda señalar a estudio como Tezuka Productions, AIC, Artland o J.C. Staff por estar detrás de esta OVA.

Por su contra, el apartado que sale comparativamente peor parado es el sonoro. Pero no porque sea un fiasco, ojo, sino porque en la escasa media hora que dura la cinta no deja tiempo para muchas cosas. Más si tenemos en cuenta que no nos encontraremos con ningún tipo de opening, o pantalla de título, sino que la acción nos acompañará desde el mismo comienzo y junto a ella los sonidos de ambientación que tratan de situarnos lo mejor posible en el mundo de esta obra y algún que otro tema musical. Los cuales se traducen en la canción "Ashita o Dakishimete" de Yuiko Tsubokura que podemos escuchar durante el desarrollo de la historia y el tema "Dancin' with a Heartache" de la misma cantante que acompaña al ending. Quedando el resto de la música en manos de Takanobu Masuda, Takashi Masuzaki y el compositor Yasunori Iwasaki y la producción musical en la de Arts Production.

Esta extraña fortaleza aérea es uno de los muchos artilugios voladores que descubriremos a lo largo de esta OVA.


LA NOTA:

Como habéis podido comprobar, o eso espero por mi parte, el sello inconfundible de esta obra es lo concisa y directa que resulta. Sin andarse por las ramas en ningún momento, o recurrir al relleno para cubrir metraje, casi podríamos decir que este trabajo va a cuchillo. Y eso, como deberíais de intuir, también tiene sus perjuicios. Siendo el primero de ellos y el más relevante de todos, la nula profundización que se hará en los personajes y en el mundo en el que viven. En esta obra se va de un punto A a un punto B en línea recta y sin soltar el acelerador y eso da pie a que, aunque disimuladas por la trepidante acción, nos encontremos con determinados aspectos que, si se nos da por detenernos en ellos y por decirlo de alguna manera, no llegan a encajar. Como es el caso de que Shaian se encuentre después de mil años justo con un humano que posee ciertos conocimientos de su época o que los villanos se fijen en la pequeña ciudad que protege nuestra protagonista justo
 en el momento en el que esta se encuentra con el robot. Dos ejemplos bien claros de lo conveniente, artificial y en menor medida forzado que pueden llegar a resultar los caminos que va tomando la trama. Aunque como ya os he dicho, estos aspectos pasaran bastante desapercibidos para el espectador gracias a lo bien que sabe llevarlo de la mano y los sólidos railes sobre los que se desplaza. 

No obstante lo que tal vez no pase tan desapercibido sea el hecho de que comiencen la OVA diciéndonos que la guerra era entre robots rebeldes y humanos cuando resulta que para ella se han creado dos máquinas antagonistas, Shaian y Elmedain, que comparten la memoria. ¿Sentido? Ninguno. Exactamente igual que cuando descubrimos que Elmedain acaba tratando con humanos a pesar de que estos eran sus enemigos y de que la guerra aun continúa. LOL. Aunque puestos a señalar cosas que llaman la atención sobremanera yo me quedaría con estas dos últimas; el hecho de que lo que a todas luces parece un arma nuclear, lo que aquí llaman el fuego del dragón, no acarree ningún tipo de efecto adverso sobre nuestra protagonista (ni onda de choque, ni temperatura elevada ni nada de nada. ¡Si es que ni tan siquiera parece despeinarse a pesar de hallarse en el hipocentro mismo de la maldita explosión! XD) y que el concepto en sí de la historia, la existencia de robots que luchan contra los humanos, provenga en esta ocasión de un país como Japón. Y sí, es cierto que cuatro años antes un director novel había explotado esta idea en los cines, pero ni las culturas de ambos directores eran similares ni el desarrollo de ambas historias se parece. Y tal vez por eso mismo, porque la obra de Makoto Kobayashi no integra más elementos de los justos y necesarios es por lo que resulta tan llamativa como efectiva.

Y así, después de hacer esta breve y necesaria comparación con el trabajo que redefiniría las bases de este subgénero de la ciencia ficción es como llegamos al final de esta entrada y, por tanto, al momento de revelar la valoración que obtiene Dragon's Heaven. La cual, pese a quien le pese no podría ser otra más que la B.

-Ojalá en vez de una tormenta de arena fuese una tormenta de pipas lo que se mira al comienzo de la OVA. Así me hubiese gustado más ese futuro.

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