AÑO 4
Hoy comprobaremos que los japoneses tienen un aire finlandés con...
> Ghost in the Shell (Production I.G, 1995)
Para los curiosos, eso del "aire finlandés" lo explicaré con calma en el apartado de los personajes, pero antes, tal y como suelo hacer, os dejo una pequeña explicación de por qué traigo este anime a la palestra. Como muchos aficionados a esta serie ya sabréis, dentro de muy poquito se estrenará el film con actores de carne y hueso, pero no será una live action de esas tan famosas, sino que será algo que a muchos les hará temblar de terror: es una versión americana. A todos nos viene a la memoria los ejemplos de "The Ring", "The Grudge" o "The Eye". Basura todo. Quién sabe qué harán con la obra de Masamune Shirow, yo me voy mentalizando para lo peor.
Ya me podéis llamar pesimista, me da igual, no voy a cambiar de opinión. Prefiero estar creyendo que la película va a ser un fracaso y que me sorprendan después, que pensar que es una joya y llevarme un chasco de campeonato. Ya me pasó con muchas películas y paso de estar de malas durante días por esto. No, me niego, así que ya sabéis, os aconsejo lo mismo para que no os llevéis palos. No obstante, visto el cartel, es posible que podamos disfrutar de buena acción, pero no de las teorías que nos trajo la película de 1995. Del manga no leí nada, así que no puedo confirmar una cosa o la otra. Aun así, seguro que la intentaré ver no ya por Scarlett Johansson (yo me llaméis mariquita por esto), sino por Takeshi Kitano, ya que la última vez que vi una película suya (dirigida, interpretada y con guion suyo) fue la lejana Zatoichi.
¿Qué me hace pensar en que no hablarán de las teorías que se relatan en la película original? Sencillo. La gente que va al cine ya no es un grupo con un nivel cultural alto, sino que la inmensa mayoría es un puñado de personas cuya capacidad de abstracción dista muy poco de la de un mejillón. Ahora las películas que se emiten tienen poco contenido transcendental y sólo se dedican a emitir tonterías rodeadas de CGI "del bueno" para que parezca una verdadera obra de arte, como el episodio VIII de Star Wars. Eso sí que es cargarse el argumento de las anteriores, aunque no resulta novedoso visto el tratamiento de la trilogía inicial (me refiero a los episodios I al III) y esos datos que no cuadran con la definición original de la fuerza o los midiclorianos. En fin, habrá quién esté contento con lo que le ofrecen, yo no, por fortuna.
Vista esta película del estudio Production I.G (ya no me acordaba que fueran ellos los adaptadores de la historia), puedo decir que me ha decepcionado, esto como opinión personal, no ya por el hype, que no lo tenía, sino por la forma en relatar esta historia. Ghost in the Shell es una película de 82 minutos que relata una historia ciertamente compleja para el poco tiempo del que disponía. Todos los datos, los personajes y las organizaciones van pasando por la pantalla de una forma continua y casi sin respiración. Pocos serán los momentos de descanso entre escenas, ofreciéndonos información sin parada hasta empacharnos. Si os soy sincero, tuve que ver la película dos veces para disfrutarla. Esto me recuerda mucho a lo que me sucedió con Ergo Proxy, aunque esta última era más sutil con la información facilitada. Aquí no, todo va por chorrazo.
-¡Ponme un disipador para las Oculus Rift!-
El argumento de la historia versa así: existe un hacker informático que es capaz de alterar los recuerdos y, por ende, el comportamiento de los cyborg y androides de la ciudad. Existe una sección gubernamental que está investigando esos acontecimientos sin que, en un principio, tengan una idea clara de lo que acontece hasta que descubren a una de las víctimas. Tras comprobar lo acontecido con este cyborg, investigan al autor de los hechos, un maleante digital llamado Puppet Master, y proceden a localizarlo y detenerlo. Ésta es la historia que se relata en un principio, sin embargo y como decía Antonio Lobato cuando le daba a la adrenalina en las carreras: de aquí a lo que suceda al final puede pasar cualquier cosa.
Además de este hilo principal en el que se basa la historia, existen otros secundarios que nos ayudarán a ambientar esa sociedad. Concretamente nos hacen pensar en las consecuencias de ese futuro distópico, sobre todo a nivel humano, cyborg y androide. En la película que me prestaron, estos dos últimos conceptos los mezclan como si nada, pero hay que tener en cuenta que son dos cosas diferentes: un cyborg tiene una parte humana (por ejemplo, Robocob) y un androide no, ya que es completamente mecánico (por ejemplo, C3PO). Cosas del fansub, como los puntos tras los signos de interrogación. De todas formas, conocidas estas diferencias, podremos sumergirnos con mayor facilidad en las cuestiones filosóficas que nos traen a la palestra. Éstas son acerca de la humanidad de los cyborg, la poca que les queda, con preguntas del estilo: ¿Un cyborg deja de ser humano cuando se convierte en ese híbrido? ¿El alma es lo que diferencia a los humanos de las máquinas? ¿Puede una máquina tener alma? ¿Por qué un cyborg necesita de actividades de ocio o incluso beber cerveza? Y ya no hablo de la metáfora que está oculta en el título "fantasma en la concha", que estoy seguro que entonces se le fríen los circuitos a más de uno. Todas estas preguntas filosóficas (además de otras que me dejé en el tintero) seguro que darán un dolor de cabeza al más débil con tan solo pensar un poco, pero es algo que ya expliqué más arriba, hay mucha gente que va al cine para que los aborreguen. Me gustaría saber qué pasaría ahora si se estrenase en los cines la película "The Matrix" (siempre y cuando no supiéramos nada de ella) y cómo reaccionarían los espectadores. En fin, el mundo se va a la M y las pensiones con él.
De todas formas, la historia, a pesar de contarse de esa manera tan poco adecuada, se entiende bien. La única pega es lo que indiqué anteriormente, que nos podemos empachar con toda la información que nos muestren en pantalla. Además, también existe otro daño colateral: los personajes. Y llegados a este apartado, quiero explicaros ese concepto de "aire finlandés" que anteriormente había indicado. Bien, pongamos sobre la mesa el cliché de finlandés que tenemos tomando como ejemplo a, no sé, Kimi Raikkonen. Quitando lo de beber en su yate, en horas de trabajo y después de estampar el coche de la empresa en una curva, tenemos a una persona de carácter frío que no muestra sus sentimientos ni puede dibujar una sonrisa en su cara, vamos, un "Ben Affleck" en la F1. Pues en Ghost in the Shell tenemos eso, personajes que no muestran sentimientos, por lo menos los protagonistas, ya que los únicos personajes humanos al 100% sí ofrecerán algún que otro registro sentimental en sus rostros, pero poquito. ¿Puede afectar esa forma de relatar a las sensaciones sobre los personajes o está hecho a propósito para mostrarnos a los espectadores el lado más autómata del ser humano convertido en cyborg? Puede afectar, sí. Y respecto a la segunda parte de la pregunta, resultaría poco práctico utilizar dicho recurso, básicamente porque habría que especular sin tener una certeza clara de cómo se quiso realizar la película.
-¡Mira! Un mini robot de esos por bluetooth-
Con respecto al apartado del dibujo, sencillamente me quito el sombrero. Una película de 1995 con unos efectos en las luces que, comparados con los animes de hoy en día y lo digo sin que me tiemble la mano al teclear, no se ha vuelto a repetir de una forma generalizada. Sencillamente espectacular. Cierto también es que el diseño de los ojos de los personajes no me gusta nada, sobre todo los de Motoko (¿me habré acostumbrado al moe?), pero es una opinión personal. No obstante, los efectos en el movimiento de los personajes, ya no tanto en los vehículos, es sobresaliente. La calidad de los detalles, el conjunto con esa arcaica animación por ordenador y que tan bien le sienta ¡porque está bien implementada! Vaya gustazo visual. Lo mejor sin duda, son los efectos en las luces, seguidos de los reflejos en las superficies lisas como en los cristales y, finalizando el podium de logros en animación, los movimientos de los líquidos. También hay que destacar los efectos en el impacto de las balas, realmente brutal, dando un plus de acción que pocas series son capaces de ofrecer.
Terminando ya el listado de apartados técnicos, llegamos al del sonido. Muy bueno, sobre todo esa banda sonora con la canción Reincarnation que se convierte en un icono de Ghost in the Shell. No importa dónde suene, sabes cuál es el origen de este tema creado por Kenji Kawai (¿de qué me sonará este nombre?). A mayores, los efectos sonoros son los adecuados, tanto por su sonoridad como por su volumen. Encajan perfectamente en la escena sin que notemos el trabajo de estudio, tal y como debe ser. Además, el juego con las voces sorprende por lo bien que han diferenciado los canales de origen: tenemos el audio salido por la boca, a través de un radio-transmisor (en el que también sale por la boca) y una tercera vía en la que los protagonistas se comunican entre ellos gracias a un sistema (no explican a través de qué medio) en el que no hace falta hablar por la boca, sino pensarlo. Muchos lo llamarán telepatía, yo lo defino como tecnología.
LA NOTA:
Desde luego, las sensaciones encontradas con este anime no se me quitarán en semanas. A nivel personal no me entusiasmó tanto, tal y como podía prever cuando llevaba un buen tramo de la película. No obstante, esto no es justificación para asignar una nota u otra, ya que la calidad de este film está ahí y es la que se valora. Es grandiosa a nivel técnico y, sobre todo, en una historia muy profunda que nos hará pensar acerca de la situación en ese futuro distópico y casi caótico. Eso sí, muy violento a nivel "burocrático" (tal y como sucede ahora en las cloacas del poder), además de mostrar la suciedad en las calles, algo que es común en casi todas las películas de los 80 y 90 cuya temática futurista muestra un mundo sin barrenderos (debieron morir todos), siendo algo todavía más chocante si tenemos en cuenta que la sociedad japonesa, a día de hoy y también entonces cuando se lanzó la película, es organizada, limpia y eficiente en un alto porcentaje, siempre que la comparemos con sociedades occidentales. Por todo esto, Ghost in the Shell se lleva la B de nuestro sistema de valoraciones.
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