Boku dake ga Inai Machi (a.k.a Desaparecida)

AÑO 4




Tras mi particular penitencia por Kiseijuu Sei no Kakuritsu, hoy me adentro en el penúltimo anime de la lista de Rena con toda la ilusión del mundo. Y no es para menos, pues no debéis de olvidar que ya tengo lleno el cupo de bodrios para este año XD


Boku dake ga Inai Machi (a.k.a Desaparecida) (A-1 Pictures, 2016, 12 CAPS)

"Otra de viajes en el tiempo a la japonesa"


Adaptación del manga creado por Kei Sanbe y que fue publicado entre el 4 de junio de 2012 y el 4 de marzo de 2016 en la revista Young Ace, Boku dake ga Inai Machi fue emitida en tierras niponas entre el 8 de enero de 2016 y el 25 de marzo de ese mismo año. Dirigida por Tomohiko Ito y contando con la ayuda de Taku Kishimoto en el papel de compositor de la serie y Taku Kishimoto como guionista, la serie que nos ocupa está realizada por A1-Pictures. Un estudio de animación que conoce bastante bien quién escribe estas líneas. Y no es para menos, ya que en la corta historia de este blog ya han pasado por nuestras manos trabajos tan dispares, por llamarlos de alguna manera, como FRACTALEWelcome to the Space Show!SEIKIMATSU OCCULT GAKUINAno Hi Mita Hana no NamaeSora no WotoSword Art OnlineVividred Operation. Vamos, toda una verdadera declaración de intenciones que debería de mantener en alerta al espectador y que, en el caso de Boku dake ga Inai Machi, llega a su cúspide cuando se nos da por "marujear" los géneros sobre los que se asienta esta adaptación. Descubriendo de esta manera que nos encontramos ante una obra que se apoya en el drama, el misterio, lo sobrenatural (si es que esto ya es un genero a día de hoy), el psicológico y el thriller.

Visto así y a ojos de incautos, nada parece llamar lo más mínimo la atención por estar fuera de lugar. Por lo que podríamos llegar a la conclusión de que ya está exagerando otra vez el individuo que redacta este texto. Pues craso error, amigos míos. Y enseguida vais a saber por qué. O mejor dicho leer, ya que no hace falta esforzarse mucho para ver que, en las mismas páginas en la que se nos mencionan a pies puntillas estos géneros, también aparece una sinopsis del anime en la que, con más o menos exactitud, podemos leer lo siguiente "...que tiene la capacidad de volver atrás el tiempo...". Una frase del todo reveladora y que nos viene a decir, para quién no se haya dado cuenta aún, que más de uno no hizo correctamente su trabajo al olvidarse de la ciencia ficción.

¿Que por qué pongo aquí esta imagen? Pues por lo que os descubriré justo antes de entrar en la sección de LA NOTA.

Por lo que voy a pasar olímpicamente de comentar nada más de la sinopsis y voy a optar por haceros una rápida presentación de personajes a fin de que los podáis ubicar antes de que empiece a nombrarlos en el siguiente apartado: el del resumen de este anime :D

> Satoru Fujinuma es el protagonista de esta historia. Mangaka fracasado y a punto de cumplir los 30 años, Satoru nos descubre estar tan descolgado de la juventud como cualquier viejo de 60 años XD

Sachiko Fujinuma la bruja de la serie es, al mismo tiempo, la madre de nuestro protagonista y una persona que demuestra su papel que desempeña (el de madre, no el de bruja) con cada acto que realiza.

Kayo Hinazuki es compañera de Satoru durante su paso por la escuela primaria y el personaje que más marcará a nuestro protagonista tras su trágica muerte.

>Kenya Kobayashi. También compañero de Satoru cuando estaba en la primaria, Kenya resulta ser el chico inteligente y avispado que todos hemos conocido en nuestra infancia :P

Airi Katagiri es una joven que se cruzará en la vida de Satoru por culpa del trabajo que éste desempeña de repartidor en una pizzería. Y digo "por culpa" porque como bien mismo dice Airi, personifica esa juventud a la que él no entiende.

Gaku Yashiro es el profesor y tutor de nuestro protagonista en primaria y como tal el hombre demostrará interés por sus alumnos a la vez que les prestará consejo cuando sea necesario.

Akemi Hinazuki es la mala malísima de la historia hasta que, a las puertas del final, la trama opta por despedirse de ella XD. No obstante, el papel que le toca y lo bien construido que está su personaje hará que sintamos odio hacia ella en no pocas ocasiones :D

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y esta lo hace.

Antes de comenzar con el habitual resumen de la serie me gustaría destacar dos aspectos del mismo que considero de gran interés. El primero de ellos y como no podría ser de otra manera, es el ambiente oscuro y deprimente que nos muestra el anime desde el primer segundo para alejarnos de la sobredosis de historias tan tontas como alegres que inundan la animación nipona. Cosa que es de agradecer, sobretodo para quienes estamos un poco hartos ya de tanto calco y empezamos a buscar algo más en este medio, pero que obviamente puede espantar a cierta parte del público. Por lo que queda en vuestras manos el seguir o no con el visionado de esta obra.
Y despachado este primer aspecto paso a hablaros de la segunda sorpresa que nos depara este comienzo de serie y que sitúa de inmediato a la misma a la altura de Kiseijuu Sei no Kakuritsu en lo que al papel que juegan los progenitores se refiere :P

Pues bien, una vez aclarado esto, la serie comienza presentándonos a un joven de 29 años que mira como su futuro como mangaka se esfuma ante sus ojos para dejarle ante un panorama en el que, para subsistir, tendrá que trabajar como repartidor en un pizzería. Lo cual nos llevara a descubrir una situación que no resulta nada boyante, ni en lo que al terreno económico se refiere ni en lo social. Pues a pesar de su edad nuestro protagonista se descubre como una persona que ya no entiende a la juventud. Y así podríamos resumir la vida de Satoru Fujinuma de no ser por el  "nimio" detalle que da pie a esta historia y que nos introduce en el mundo de la ciencia ficción por medio de los viajes temporales. Unos viajes en el tiempo que, en esta ocasión, se producen dentro de la misma línea temporal y durante unos pocos segundos, a modo de rebobinado, y que vienen precedidos por la aparición de una extraña mariposa de color azul y aspecto transparente (se ve que los pingüinos ya estaban ocupados trabajando en otro anime XD). Consciente de su don desde pequeño, Satoru tiene claro, no me digáis como, que ha de utilizar este poder para salvar a las personas que lo rodean. Dejándonos así entrever que existe un claro patrón entre los saltos en el tiempo que realiza el joven y el hecho de las personas corran peligro. Y hasta aquí todo bien, que queréis que os diga. Ya que nuestro protagonista tendrá ocasión de hacer de héroe sin que por ello evite salir ileso de las situaciones en las que se mete gracias a su poder. Claro que la cosa tiene cierto truco, pues el bueno de Satoru parece ser inmortal. Eso o deberían de prohibirle de inmediato participar en cualquier juego de azar XD.

No obstante, este correcto desarrollo y la gran sorpresa que nos tiene deparado, se va al traste cuando, al final del episodio, vemos como Satoru realiza el salto más grande de todos para acabar siendo un crío en 1988 y recordando tanto sus recuerdos como su personalidad presente (año 2006). En una escena que por el planteamiento detectivesco que la rodea, nos recuerda LIGERAMENTE a Detective Conan. Por lo que ahora solo nos quedará esperar por ver como la gente de A-1 Pictures nos explica las mil y una cuestiones que han provocado con el dichoso viajecito XD

¡Para el carro, Usain Bolt! XD

Con todas las preguntas relacionadas con el viaje temporal en el aire y un formato de imagen de 16:9 para todas las escenas que tienen lugar en 1988, el segundo capítulo de la serie nos muestra como Satoru se va acostumbrando a su nueva situación y como se va integrando en este mundo pasado para, una vez se hubo conciliado consigo mismo, ponerse manos a la obra en la tarea de evitar el trágico suceso que tenía lugar en 2006 gracias al convencimiento de que cada viaje que realiza en el tiempo es una oportunidad para evitar las desgracias. Motivo por el cual nuestro protagonista comenzará por acercarse a Kayo Hinazuki con el fin de truncar el fatídico destino que le aguarda y, ya de paso, cargarse de una vez toda coherencia temporal XD

Todavía atrapado en 1988, Satoru empleará el capítulo tres para descubrir la fecha en la que fallece Kayo y acercarse tanto a ella como le sea posible con el fin de evitar su muerte. Hecho este que lo llevará a descubrir, con sus propios ojos, la situación que la pequeña vive en su domicilio y a lograr el objetivo de ganarse su confianza. Aunque claro, como no todo va a ser de color de rosa, en este episodio tambien sabremos de como el tutor escolar del joven estaba al tanto de todo y como los servicios sociales tampoco hicieron nada a pesar de sus reiteradas visitas a la casa de la pequeña. Sucesos estos que la trama utiliza para despertar la rabia del espectador ante tanto inútil al tiempo que, casi sin quererlo, nos presenta de una vez a Yuuki-san. El amigo de Satoru y la persona que, una vez aparezca el cadáver de Kayo, será acusado de asesinato y condenado a pena de muerte. Vamos, que a nuestro pequeño detective se le empieza a acumular el trabajo XD

Dispuesto a todo con tal de cambiar el pasado, Satoru nos muestra, en el cuarto capítulo, como su tarea le lleva a ganarse el corazón de Kayo de manera indirecta. Cosa que por otro lado era completamente previsible. No obstante y a pesar de los sucesos que tienen lugar y que no voy a desvelar para que os llevéis la misma sorpresa que yo, este episodio también nos permite ver como las cosas del pasado de Satoru, que si se mantienen intactas, son descritas por el protagonista como un Deja Vu, devolviéndole de esta manera y durante unos segundos, el "romántico" significado que esta palabra tenía hasta la llegada de la ciencia y su explicación a estos curiosos fenómenos. Y así es como llego al final de este episodio y ante el brusco giro que da la trama con el fin de invitarnos a ver el siguiente capítulo y que, al menos en mi caso, se podían haber ahorrado :D


De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Osamu, Kazu, Jun Shiratori, Misato Yanagihara, Kenya Kobayashi, Kayo Hinazuki, Satoru Fujinuma (de espaldas), Hiromi Sugita y Aya Nakanishi.

Aunque habiendo modificado el pasado, el quinto capítulo nos deja ante un panorama en el que la línea temporal no sufre mayores alteraciones debido a que el destino que le aguardaba a los niños desaparecidos se acaba cumpliendo. Por lo que Satoru vuelve al presente para encontrarse con el mismo marrón que había en el momento en que lo abandonó. Ante esta situación y sin mucho más margen de maniobra, el joven intentará encontrar apoyo tanto en el gerente de la pizzería como, más tarde, en Airi, su compañera de trabajo. Encontrando así el pequeño respiro que le ayudará a él a seguir indagando en lo sucedido y a nosotros a descubrir nuevas cosas sobre una chica, Airi, que, para mayor infortunio, parece esperarle un futuro similar al de Kayo de manos de la misteriosa persona que parece estar detrás de todo. Aunque eso sí, en esta ocasión podremos ver de primera mano los fallos de la investigación policial que se está llevando a cabo. Lo cual ya es algo a la hora de explicar el motivo por el cual suceden las cosas de esta manera.

Tras vérselas una vez más con la muerte, en el capítulo seis Satoru optará por pasar a la acción y reunirse con un antiguo compañero de trabajo de su madre. El cual no sólo resulta ser alguien de confianza, sino que ya estaba al tanto de que el acusado a muerte por los crímenes de hace 18 años no era culpable. Siendo en este punto donde la muerte de la madre del chico cobra sentido al haber descubierto al verdadero culpable. Una revelación esta que, junto a la nueva información que nuestro protagonista obtendrá de la muerte de Kayo, lo llevará a reunirse nuevamente con Airi para intentar encontrar una solución a este rompecabezas. Por desgracia, lo único que encontrará el joven es a la policía y, ya cuando se lo llevan esposado al coche patrulla, al verdadero culpable de la muerte de su madre. Un descubrimiento que no resultará en vano, ya que en ese momento hará acto de presencia la mariposa azul que antecede a un salto temporal.

El nuevo salto temporal que realiza Satoru a 1988 en el capítulo siete nos deja exactamente el día antes de que nuestro protagonista y Kayo celebren su cumpleaños, para mostrarnos así la táctica que toma el chico en un todo o nada con el que pretende derrotar de una vez al destino. Y para lo cual el joven pondrá en marcha una serie de nuevas acciones que, por descabelladas que parezcan (que no irreales, ojo), buscan proteger la vida de su compañera y, por extensión, la de su propia madre. A quien por cierto, y sin venir a cuento, le resolverá ahora la pregunta que ésta le hará dentro de 18 años a propósito de la forma de llegar en tren a Uneda. Aunque no será este el cambio más llamativo de su estrategia, ya que para lograr su objetivo, Satoru no dudará en pedir ayuda a sus amigos, de tal manera que todo parece ir sobre ruedas hasta el mismo final. Y es que no nos debemos de olvidar de que el destino es un enemigo verdaderamente difícil de derrotar :D

Oh no!, más animación experimental nooooo XD

El octavo capítulo, o el segundo de este nuevo regreso al pasado, nos descubre como el joven tendrá que cambiar de escondite sobre la marcha ante el riesgo que ahora supone el actual y como Kayo descubre lo que es tener una vida normal. Algo que le inundará de tristeza y que viene a remarcar el terrible pasado que ha sufrido esta pequeña mientras se abre en el horizonte un nuevo camino para ella. Una nueva esperanza llena de felicidad para la cual, previamente y por chocante que parezca, aún ha de volver a encontrase cara a cara con su monstruo. Y dicho esto voy a aprovechar para fijar vuestra atención en un pequeño detalle, el de las otras dos chicas que corrían originalmente la misma suerte que Kayo. Porque si bien es cierto que la cosa pinta mejor para ella, no nos debemos olvidar que el futuro de las otras dos no tiene porque haber cambiado. Y es que, en el peor de los casos, puede que incluso otra niña ocupe el lugar de Kayo en los tres crímenes que se cometían en esta zona.

Tras un comienzo de lo más irreal, porque ya me diréis como los críos son capaces de actuar con tanta rapidez cuando los adultos apenas alcanzan a darse cuenta de lo que ocurre, el noveno capítulo nos enseña el fin de la participación de Kayo en la trama. Y lo hace descubriéndonos los hechos que dieron pie a la situación que vivía en su casa. Claro que esta despedida no significa el final de la historia, pues tal y como os apunté en el episodio anterior, ahora tocará salvar a las otras dos menores que caían víctimas del asesino en serie. De tal manera que a nuestro protagonista le tocará investigar los movimientos de la segunda chica siguiendo un plan que, inevitablemente, llamará la atención del listo de Kenya. Por lo que a Satoru no le quedará otra que implicar otra vez a sus amigos en este peligroso juego, con la diferencia de que, en esta ocasión, les pondrá al tanto de lo que sabe.

Como era de esperar, nuestro protagonista dedicará el décimo capítulo a la tarea de acercarse lo máximo posible a todas las chicas que se encuentran aisladas del resto de la gente con el fin de frustrar los planes del asesino. No obstante y a pesar de que su plan va sobre ruedas, el bueno de Satoru sigue sin poder hallar la pieza más importante del rompecabezas, al no tener ni la menor idea de quién es el criminal. Una circunstancia que, para bien o para mal llega a su fin en este mismo episodio con uno de los giros argumentales más interesantes que hemos visto al mostrarnos de una vez la identidad de este monstruo. Lo cual no deja de ser una sorpresa tanto para el joven como para mí (y ya sé que Rena se la veía venir desde el comienzo de la serie XD), que le da un nuevo y desagradable cariz a esta historia a falta de dos episodios para el final.


En la imagen una fotografía actual del grupo de amigos que Satoru tenía en 1988.

Partiendo de una animación de opening que se modifica expresamente debido a los acontecimientos que tenemos entre manos, el capítulo once destaca también por ser el primer episodio de toda la serie en el que Satoru habla con voz de niño cuando es adulto. Claro que, en lo tocante al guión, la labor de los chicos de A-1 Pictures ya no luce tanto. Y es que resulta obvio lo poco que se han complicado la vida tras el cierre del episodio anterior. Por lo que en este veremos como avanzamos quince años en el tiempo para detenernos en el 2003 y encontrarnos con un Satoru que al fin despierta del coma en el que había caído durante todos estos años. Y lo hace de una forma bastante indefensa, pues además de no recordar nada del pasado y tener el cuerpo completamente atrofiado, también se nos presenta como como un niño atrapado en el cuerpo de un adulto. Vamos, como era de esperar de no ser por su don y la capacidad que tenía para recordarlo todo a pesar de sus saltos temporales. Pero como la trama ha decidido tirar por estos derroteos, a nuestro protagonista no le quedará otra que ir reencontrándose con la gente que conocía cuando era niño y descubrir los cambios que han experimentado durante este tiempo. Y así, sin ninguna posibilidad de defenderse, Satoru se volverá a encontrar con su némesis para, tras una conversación bastante aclaratoria de los hechos que ocurrían en el presente del joven (año 2006), terminar por recordarlo todo para sorpresa de un asesino que hasta ese mismo momento creía tener la vida del chico a su merced :P

El último capítulo de Boku dake ga Inai Machi nos deja ante el desenlace de la misma. Lo cual no significa algo malo, ya que cuando menos nos lo esperamos los chicos de A-1 Pictures se vuelven a sacar una sorpresa de la manga que logra cogernos por sorpresa. Y así llegamos a uno de los mejores desenlaces que he visto en mi vida en lo que a animes se refiere. Con unas escenas que evocan ese pasado que tanto le costó cambiar a Satoru y a las consecuencias que estos actos tuvieron en su futuro. Y aquí es exactamente a donde quería llegar, pues si bien es cierto que la historia es poco más que redonda, los cimientos sobre los que se asiente (la ciencia ficción) no deja de ser na chapuza similar a la que nos encontrábamos en la serie Higurashi no Naku Koro ni. Pues, ¿de qué otra manera se puede explicar los cambios que existen entre su futuro real y el alternativo que va creando con sus viajes? ?O es que acaso no caímos aún en la cuenta de que estamos ante líneas temporales diferentes? Que oye, no digo que sea algo malo ni mucho menos, pero la forma con la que se enfoca este hecho a base de obviarlo no me parece la más adecuada de todas, por mucho rollo de película que nos pongan en la cara para que aceptemos la falsedad en la que se apoya esta historia. Y ya que estamos poniendo las cartas sobre la mesa, ¿cuántos os habéis dado cuenta de que técnicamente Satoru no consigue salvar a nadie en su futuro original? ¿Y en el curioso truco que usan los de A-1 Pictures para evitar que se encuentre consigo mismo al saltar de línea temporal? Porque lo de viajar al pasado y ocupar el cuerpo que tenías en ese momento tiene su miga XD



Una de las cosas más llamativas de Boku dake ga Inai Machi, junto con el buen sabor de boca que, en general, nos deja su guion, es la que tiene que ver con el apartado visual. No en vano estamos ante uno de los mejores trabajos que nos vamos a encontrar a este respecto en el 2016. Y no es para menos a la vista de las imágenes que os he mostrado y que reflejan una realidad palpable. Pues en esta ocasión no nos encontramos ante una animación dispar, sino ante una labor en la que se ha puesto sumo cuidado tanto en el dibujo de los personajes como en los fondos que los rodean o en el controvertido 3D. Dando como resultado un trabajo que luce de maravilla gracias, en parte, a la buena delegación que se ha hecho de esta tarea en otros estudios de animación. Lo cual en esta ocasión resulta todavía más meritorio cuando tenemos en cuenta que detrás de esas compañías auxiliares se encuentran nombres tan temibles como Production IMSSILVER LINKDavid ProductionDiomedea.

Por su parte y para bordar la cosa todavía más si cabe, la banda sonora cumple a la perfección con su cometido, sirviendo de perfecto compañero a los sucesos que vemos en pantalla y pasando el resto del tiempo a un segundo plano. Y es que tampoco hay mucho más que rascar en un apartado que esta cubierto por piezas instrumentales a excepción de los temas que acompañan a opening y ending y que en esta ocasión corren de la mano de "Re:Re:" de ASIAN KUNG-FU GENERATION y "Sore wa Chiisa na Hikari no yō na" de Sayuri respectivamente.

Y antes de saltar al último apartado del análisis, que hoy se avecina bastante extenso, vamos a detenernos un momento en las curiosidades que me han llamado la atención. Y es que no os imagináis el sudor frío que me entró al oír a Satoru hablar de un dios que se divertía con la gente y pensar en Mirai Nikki. Pero más allá de este guiño, lo que realmente me llamó la atención fue la escena de los carteles que nos encontramos en el minuto 17 del capítulo 12. En lo que no deja de ser un guiño a uno de los mejores trabajos que ha realizado este estudio de animación (SEIKIMATSU OCCULT GAKUIN) y que, por algún motivo que desconozco, ha conseguido que la gente llegue a desvariar hasta el punto de la captura de twitter que os dejo más abajo. Y todo por no haber puesto el póster del anime real en el centro de la imagen XD



LA NOTA:

Si tuviera que elegir ahora mismo algo que destacase de este anime esto sería, sin duda alguna, la ambientación y el excelente trabajo que se ha realizado a nivel de guion a la hora de eliminar esos rellenos tan asquerosos que nos encontramos, sin venir a cuento, en la inmensa mayoría de las series. Pero entonces estaría obviando otros aspectos tan buenos como el visual o la notoria construcción de los personajes. Siendo este último una verdadera sorpresa pues, para no estar delante de un trabajo que proyecte una gran profundidad, sí que nos encontramos con unas actuaciones y decisiones que encajan a la perfección en el personaje que las realiza. O dicho de otro modo, la bruja Sachiko se comportará en todo momento como una madre y actuará como tal. Cosa que dicha así puede parecer absurda por lo obvio, pero que os aseguro que es sumamente difícil de encontrar en la inmensa mayoría de los animes que se han realizado hasta la fecha. 

Por desgracia, o al menos para mí sí lo es, Boku dake ga Inai Machi no es el camino de rosas que se intuye en el párrafo anterior. Sino más bien todo lo contrario. Y es que como estáis a punto de descubrir, si no lo sabéis ya por haber visto la serie, en el trabajo de A-1 Pictures tambien tienen cabida los defectos. Por lo que voy a detenerme un poco más en ellos para que podáis entender los motivos que han dado lugar a que este trabajo se quede con esa nota.

Y para ello voy a comenzar por tocar un tema realmente recurrente en la serie: el de los malos tratos infantiles. Una cuestion que ocupa prácticamente la mitad del anime y a la que debemos de tener en cuenta, pues más allá del tiempo que se emplea en ella, estamos ante una temática que, tanto por la forma en la que se narra como por el hecho de pasar la mayor parte del tiempo en un segundo plano, sirve como un recurso más al que la trama pueda recurrir cuando lo necesite y no ante algo que cuente con la fuerza suficiente como para ocupar un puesto principal. Cosa que se nota de inmediato cuando nos damos cuenta de que, después de tantos minutos de drama, los chicos de A-1 Pictures no han logrado conquistar el corazón de los espectadores. Lo cual, a su vez, nos lleva a pensar e incluso sentenciar sin temor a equivocarnos, que estamos ante una serie sumamente artificial y que este es su principal problema a la hora de enganchar al espectador. O al menos ganárselo lo suficiente como para que las armas lacrimógenas le causen algún tipo de efecto. Un aspecto, éste, al que se le suman y no para bien, las incongruencias que nos plantea un asesino que, por su modus operandi, nos deja ver como mata a una niña que tiene estudiada al milímetro y acto seguido pasa a otra que va a un colegio distinto y la que vaya usted a saber como podía tener tan bien vigilada. Por no hablar del tiempo que tuvo que emplear para conocer tan a fondo a alguno de sus convecinos. Vamos, que o este hombre era una especie de dios o ya me diréis a mí de donde sacó tanto tiempo con el trabajo que tiene...


Parece mentira, pero hemos llegado a un punto en el que es mejor no inventarse nada XD

No obstante, a la hora de poner la balanza nos encontramos con la ironía de que todo lo anterior no es lo que más pesa para decantar el porvenir de esta nota. Sino que lo mejor de todo llega gracias al don de nuestro protagonista: los viajes en el tiempo. Si no os habéis dormido antes de tiempo, recordaréis perfectamente como en el primer gran salto temporal que hacía Satoru, éste conseguía modificar el pasado, aunque no lo suficiente como para cambiar la situación y, sin embargo, a su regreso volvía a un presente idéntico al que había dejado. Un tiempo futuro en el que, aún a sabiendas de lo que iba a pasar, no había hecho nada por salvar la vida de su madre. Por lo que podemos concluir que este viaje en el tiempo sí se efectuó sobre la línea temporal original. Y recalco esto porque, como bien sabemos, esto no volvía a ocurrir en el siguiente viaje que realizaba a 1988. El cual finalizaba con una modificación completa del curso de la historia y nos lleva a afirmar que para ello el chico tuvo que cambiar de línea temporal. Lo cual a su vez viene a constatar el hecho de que, tal y como os decía más arriba, el joven no consigue salvar a ninguna de las personas que moría en su linea temporal original. Y ahora que lo pienso... ¿acaso Satoru no se ha dedicado siempre a saltar de línea temporal? Porque una cosa es la obviedad que tienen los cambios que hace en la historia a largo tiempo y otra menos visible la ocasionan los pequeños saltos que hacía al principio de la serie. Más que nada porque nunca llegaremos a saber sus verdaderas consecuencias XD

Pero dejando a un lado la parte "complicada" de la teoría con la que juega la ciencia ficción de este anime, hay otro elemento que tiene un papel fundamental a la hora de dinamitar toda la trama desde sus mismos cimientos. Como podéis recordar, y sino ya estáis volviendo a ver el comienzo de la serie, al comienzo de ésta se nos deja caer que Satoru era consciente de su poder desde pequeño, aunque cuando viajamos con él al pasado parece que todavía no dispone de este don. O de lo contrario ya empezaría a experimentar con él en el momento en el que fallece Kayo en vez de lamentarse tanto, digo yo. Y esto me lleva a descubrir, en el más que probable hecho de que aún no los tuviera, la bonita paradoja que se esconde tras el misterio de saber cómo puedo regresar al presente en su primer viaje. Una peliaguda cuestión de la que también pareció darse cuenta A-1 Pictures, pues si os fijáis en el segundo salto temporal Satoru "regresa" al presente por la vía lenta: la que marca el propio paso del tiempo. Y todo ello por no haberse tomado la molestia en indicarnos el momento en el que Satoru tiene conciencia de este poder ni como se hace con él :P

Como veis la cosa no pinta demasiado bien para Boku dake ga Inai Machi a pesar del correcto trabajo hecho por los chicos de A-1 Pictures y eso la aparta bastante de los puestos de honor de nuestro sistema de valoraciones hasta el punto de dejarla estacionada en la C y el RECOMENDADO de nuestro ranking. Una pena, la verdad.

Si Kayo, a mi también me da pena haberos puesto esta nota XD

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