AÑO 3
Esta semana cogeremos otra vez la red atrapa bichos para ver…
> Mushishi: Odoro no Michi (Artland, 2014, 1 OVA)
Como bien habéis podido leer en el título de este post, esta semana tenemos triple ración de mushis “en su tinta”. Empezamos por donde habitualmente solemos terminar: por un especial/OVA. Me imagino que habrá algunos que se echen las manos a la cabeza con semejante locura pensando que el “lumbrera” que escribe estas líneas se comió takoyaki en mal estado. Nada más lejos de la realidad.
El porqué de este análisis “desordenado” viene causado por un experimento de Artland, otro más en el que no utiliza la gaseosa. Si ya en el anterior análisis expresé mi opinión acerca de la locura de partir la emisión de una temporada, porque sí, ahora vais a tener otra ración, ya que seguro os habéis quedado con hambre. La explicación más plausible es la de no alargar la espera ante la segunda mitad de la temporada. Es la más sencilla y, por norma, la que seguro se aplicó. No obstante, como hoy me levanté conspiranoico, voy a indicaros otra que también encaja perfectamente. Sin embrago esta es un poco más enrevesada.
Antes de nada, permitidme que haga de abogado del diablo. Si ya es extraño esta OVA a mitad de temporada, como ya os dije, podríamos hacer un ejercicio de reflexión para buscarle los tres pies al gato. Imaginad que en vez de publicar este especial en mitad de la emisión de la temporada, se publica al final, como suele ser habitual en el mundo del anime. ¿Qué tenemos? Primero, un hype al conocer que hay más material, más historia y segundo, una decepción al ver que no cumple con las expectativas, al ser un episodio “normal”, un viaje a la playa o el borrador escrito en un after como sucedió con la OVA de Noragami, por poner tres ejemplos de basura animera.
¿Qué sucede en este caso con Odoro no Michi? Que uno se lo toma como una curiosidad, también con precaución eso sí, pero no se espera la rehostia y eso nos evita esperanzas innecesarias y posteriores decepciones. ¿Quiere decir que el especial de Mushishi es bueno? No necesariamente. ¿Entonces es malo? Tampoco he dicho eso. Podemos extrapolar esta situación y aplicarla sobre una serie con OVA, como es la de Elfen Lied, que analizamos hace tiempo. Si parten la temporada en dos y meten por medio ese especial, nos ahorramos la tensión en la espera para saber qué pasó con Lucy. ¿Ahora os va gustando un poco más la idea? Me alegro.
A los que estén esperando que es hable un poco de la sinopsis o de los apartados técnicos de este especial, que se vayan mentalizando: es el mismo patrón que aparece en la serie. Igualito, igualito. Por lo tanto, no esperéis novedades más allá de la historia y de las curiosidades de turno, importantes para conocer mejor el trasfondo de la saga. ¿Qué novedades hay? Pues por ejemplo descubriremos cómo convertir a alguien en mushishi si no tiene las capacidades innatas para percibir estas criaturas, aunque el precio a pagar por ello es bastante alto. Tendremos también más información acerca del sake más conocido entre los maestros de mushi: el sake de Kouki. Para quién no lo sepa, este sake está compuesto por mushi en estado embrionario y que fluye a través del río de la luz. ¿Ha quedado claro? ¿No? Pues a ver la serie. Ya tenéis deberes por hacer.
Por último quiero hacer una apreciación y daros también un consejo. Tened mucho cuidado con la información en los portales de animación, foros o paginas de fansubs o descargas. El orden e incluso el número de capítulos no es el correcto. Principalmente os encontraréis con referencias a que Odoro no Michi es un especial de dos episodios, cuando realmente no es así. Esta OVA consta de un solo capítulo, nada más. Lo que sí hay es otro especial al final de temporada, llamado Suzu no Shizuku, que también está formado por un único episodio. Se emitió en mayo de 2015, meses después de la finalización de la emisión de la temporada en TV.
LA NOTA:
A pesar de que pueda parecer un episodio normal de una temporada, esta OVA de 46 minutos tendrá una profundidad mayor al tener el estudio una libertad más holgada tratando la historia, por lo que sentiremos que es una dosis concentrada de Mushishi.
Si ya os gusta la serie, este especial os va a encantar. Sigue manteniendo su buen hacer en el guión, en la música y en los paisajes. El mismo que nos ofrecieron en la primera mitad de la segunda temporada, por eso se lleva la B.
> Mushishi Zoku Shou (Artland, 2014, 10 CAPS, Segunda parte)
Pero no nos vayamos por los derroteros de mis chistes cogidos con pinzas y centrémonos en lo que tenemos entre manos. Este segundo bloque de episodios consta también de 10 capítulos, al igual que la primera parte, con igual extensión en minutos y sin, prácticamente, variaciones de ningún tipo. ¡Oh, qué bien! Llega la monotonía. En esta ocasión, la segunda parte comenzó su emisión en televisión el 19 de octubre, repitiendo su cita cada semana hasta llegar al 21 de diciembre, día en el que se emitió el último episodio. Apuesto a que, si por alguna razón hubiera un retraso en el inicio de la emisión de este bloque, los de Artland habrían hecho tres partes para no interferir con la programación navideña. No fuera a ser que el Bustamante japonés se quedase sin programa especial para cantar sus temas. Por fortuna, esto no fue así y a día de hoy la temporada no tocó el 2015.
Pues qué queréis que os diga, a mí ni puñetera gracia me hace. Como si fuera a comer a un restaurante y el camarero me dice que si quiero postre tengo que ir dentro de dos días para comerlo. Con este anime, igual. Aunque, lamentablemente, no es el único ejemplo de partir historias por donde le venga en gana al “costurero” de turno. Space Dandy es un buen ejemplo (también sirve como ejemplo de chapuza, pero eso ya es harina de otro costal) al igual que Tokyo Ghoul (que ya analizaré la segunda temporada cuando se me pase el cabreo). Seguro que hay muchas más, pero con los que os traigo resultan suficientes para hacerse una idea del percal.
Dejando atrás el tema de la sierra para cortar temporadas, podemos ver las novedades que nos trae esta segunda parte, que seguro son muchas. Jajaja. ¡Qué cachondo! Jajaja. ¡Mátenme! En serio, sí hay novedades aunque parezca mentira. Éstas son muy puntuales y se podrían englobar en un apartado de curiosidades o mini-apartado si lo preferís, porque no tiene mucha chicha. Son referentes a los opening y ending, de todas formas no os hagáis ilusiones que no han cambiado de apertura, sólo han eliminado el tema de inicio para meter un minuto y medio más de metraje interesante. No penséis que el tema de Lucy Rose no lo es, pero si tenemos que escoger entre canción y serie, pues me quedo con esta última, qué queréis que os diga. Los capítulos sin opening son los siguientes: 12, 13, 17 y 20. Además, en este último episodio tampoco hay animación de ending, sin embargo la música de éste va integrada en el propio capítulo.
Quiero aprovechar, ya que escribo ahora sobre curiosidades, para destacar dos que me llamaron verdaderamente la atención. La primera versa sobre el capítulo 11, el primero de esta parte 2 de 2. En este episodio tenemos a un Ginko mucho más joven y completamente desconocido, sobre todo por sus ropajes y por su comportamiento. Se trata de un capítulo, como ya pasó con la primera temporada, que nos arroja un poco de luz sobre el pasado desconocido de nuestro protagonista. Como ya es costumbre en mí, no os voy a decir nada más del episodio. Por lo que si os pica la curiosidad no os quedará más que verlo.
La otra curiosidad que os quería traer es una percepción personal por una historia que sucedió en España, concretamente es la historia de Francisco (no, el Papa no, que ese es argentino) el protagonista de la leyenda del hombre-pez de Liérganes. La historia de este episodio, el 17, es parecida pero no igual, ya que solo coincide en pocos aspectos, no obstante son detalles clave para llegar a relacionar las dos historias. Si os pica la curiosidad, hay documentación en la Wikipedia y también existe una mención en el extinto programa de radio del amigo favorito de Jorge García, Íker Jiménez. Podéis descargar el podcast de esta emisión, en dónde hablan de esta historia, clicando aquí.
LA NOTA:
¿Ya está? ¿Ya llegamos a la nota? Y qué queréis que os diga si no hay más que sacar, a menos que os la destripe. Pero ese no es mi estilo. Ya sabéis de sobra que Mushishi son relatos independientes y que no siguen una historia “evolucionada” como puede suceder en la inmensa mayoría de animes, cuya pauta de presentación, nudo y desenlace se aplica a un número determinado de capítulos. En Mushishi esa norma se aplica a cada capítulo por separado, sin excepción. Al presidente (excelentísimo) esto no le agrada, quiere algo más profundo, pero creo recordar que la magnífica Golden Boy sigue una pauta parecida a lo largo de las 6 OVAs de las que está compuesta. Ya podían sacar alguna más, digo yo.
Peeeeero, de momento, esto es lo que hay. Seguimos teniendo una serie de gran calidad (me refiero a Mushishi), con una ambientación sobresaliente e historias magníficas que harán las delicias de muchos. No ha cambiado nada desde el primer bloque de la segunda temporada, por esa misma razón obtiene igual nota, una bien merecida B.
> Mushishi: Suzu no Shizuku (Artland, 2015, 1 OVA)
Terminamos este triple análisis entomológico con el especial emitido, después del final de temporada, en mayo de 2015. Podemos decir o aclarar que muy al final no está, sino que la consideraríamos una OVA emitida con bastante tiempo de separación. Cinco meses dan para mucho, como emitir más de media temporada, ¿verdad Artland?
Dejando esta puya atrás, nos metemos en faena con este especial muy especial. Sobre todo porque su emisión se llevó a los cines y no a la televisión como venía siendo habitual en esta serie. Se estrenó el 16 de mayo del pasado año en las salas japonesas, pero carezco de más datos acerca del éxito o recaudación de este film y eso que busqué con ahínco. Tampoco encontré información de cuánto tiempo estuvo en la cartelera, dato con el que nos haríamos una conclusión aproximada del éxito de este especial. Lástima que nos quedemos con las ganas.
Aun así, la principal cuestión no es el tema del dinero que se consigue tras estrenar una película en los cines (Artland debe querer gastarlo en una continuación de Tytania), sino la incógnita de si este especial merece llevarse a los cines o, incluso, considerarse película. Desconozco (otra vez, me parece que el presidente me va a quitar el título de profesor) la ley japonesa de cine, pero sí tengo datos de la ley española que indica que un largometraje debe tener, al menos, 60 minutos. Así que, extrapolando este escenario al ejemplo de Suzu no Shizuku, estamos delante de un corto de animación o, sacando el diccionario de español-gallego, es un corto largo. Depende (de cómo despierte).
Tampoco vamos a debatir ahora sobre estas tonterías no filosóficas, en absoluto. Yo he venido a hablar de este especial y por eso dejo en el aire la duda cinematográfica, cada cual que tome su opinión. La mía es sencilla: no tendría que haberse llevado a los cines. Primero por su limitada extensión y segundo por su historia. Y, a partir de ahora, explico el porqué. La historia de Suzu no Shizuku posee las mismas características que el anterior especial, Odoro no Michi, con una duración casi igual y una historia que nos ofrece lo mismo: más información acerca del mundo de los mushi, pero nada trascendental. Concretamente en esta OVA se narra la historia de Kaya, una joven cuyo destino es convertirse en Señor de la montaña (o Señora, para que no se enfaden las féminas, que razón no les faltaría). Es por eso que la excusa de llevarlo a la gran pantalla me parece pobre, fuese cual fuese. Aún así, le agradezco a Artland el no crear una historia de playa y bañador.
Dejando atrás esta opinión y sinopsis, nos adentramos en el último punto antes de abandonar el análisis a merced de la nota. Si bien es cierto que mucho no se puede hablar de esta OVA sin destripar algo, además de que se explicó todo lo posible en los anteriores análisis de esta misma entrada y de la anterior parte de Mushishi, sobre todo a nivel técnico. De todas formas, es necesario expresar el detalle, o más bien desarrollarlo, para encenderos esa lucecita curiosa que se mantiene apagada la mayoría del tiempo. Tranquilos que a mí también me pasa. Esa lucecita es la de “me parece que falta algo por aquí”. Esa carencia es la calidad técnica en semejante medio como es el del cine. Le falta potencia, animación desbordante o efectos que nos dejen la boca abierta. Lamentablemente, la calidad mantiene el listón de la serie y del especial de agosto, pero no realizaron el esfuerzo para no desmerecer aplausos al llevar la historia a la gran pantalla. Tener en cuenta, eso sí, que no hay ningún bajón de calidad respecto a la serie, no obstante no trae ni sorpresas ni magia, esto a nivel técnico, cosa que lastra por no decir que defrauda.
Respecto a la OST, el opening o el ending, por traer tres ejemplos técnicos, no habrá que esperarse novedades al igual que sucediera con el dibujo. Siguen siendo los mismos, cosa que recalca lo escrito por mí en estas líneas: que nos podemos sentir defraudados al esperar algo y no encontrar nada.
LA NOTA:
Si bien es cierto que si la comparamos con otras OVAs con la etiqueta “movie” como son las de Cowboy Bebop o Aa! Megami-sama, la de Mushishi queda claramente atrás en historia y en apartado técnico. Sobre todo por ser algo llevado al cine y no un especial emitido en TV o que acompañe a los DVDs de la serie. Sinceramente duele bajarle la nota a pesar de estar bien hecha, pero no es el medio para un material sin puntos extra. Por esa misma razón no dudo en colgarle la C a este especial, poniendo punto y final a la reseña de Mushishi.
LA OPINIÓN DE DR FERRO
Si hay alguien que no se esperaba esta entrada, ese fui yo. De lo que, en un principio tenía que ser un análisis de 10 episodios (o alguno más) me encontré con otros tantos y dos especiales de por medio que alargaron mi disfrute de fantasía por lo que va de año. Pero debemos decir adiós a Ginko y compañía. Alguno ya estará echando la lagrimilla y no es para menos. Mushishi es, a día de hoy, una de las mejores series de fantasía que he visto, con un tratamiento cuidado y una ambientación maravillosa, cuya calidad se mantuvo en lo alto de la tabla de valoraciones, no en lo más alto como ocurre con la primera temporada, pero sí lo suficiente para no escupir en la pantalla. De todas formas, hay que despedirse de ella. Quizás me arrepienta de esta decisión y en un futuro vuelva a analizar algo de esta saga, pero viendo cómo van las cosas, permitidme que lo dude. No creo que Artland saque más jugo de esta naranja, básicamente porque ya empieza a quedar seca. No lo digo por las historias, pero el tratamiento no es el mismo y se nota. Si quieren exprimir un poco más esta saga conseguirán, muy probablemente, algo amargo y no del buen gusto que nos ofrecían. Aunque mi principal motivo para no volver a analizar esta serie es querer dar espacio a otros animes y no repetir algo cada cierto tiempo como si el blog se tratase de las cuatro estaciones y su ciclo en el clima. Por eso realizo los mega-análisis o los análisis conjuntos por mi parte, como son los de Love Hina, Trigun o Zero no Tsukaima por nombrar otros ejemplos diferentes a los que ya aparecen por este post. En definitiva, para no repetirme como las tortillas de ajo con chorizo. ¡Como si no hubiera más animes por ahí! De todas formas, no quiero despedirme sin antes agradecer a Artland por esta maravilla de la fantasía y del folclore japonés. Gracias.
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